Pablo Caballero Payán Mi resumen del derbi queda claro leyendo el titular del artículo. El Real Betis Balompié mereció sobradamente el triunfo por juego y ocasiones, pero el fútbol va de meter goles y si perdonas, normalmente, sueles pagarlo y lamentarlo. Y eso fue lo que ocurrió ayer en el Sánchez Pizjuán, por mucho que el discurso del rival sea diametralmente opuesto.

No hay lugar a dudas y se vio desde antes de que se hubiera jugado el primer minuto con la clarísima oportunidad de Isco. Luego tuvo otra el malagueño, otra Guido, la doble ocasión de Miranda, dos más de Ayoze e incluso podemos incluir en esta lista un cabezazo de Luiz Henrique. El peligro sevillista se redujo al golazo de Ivan Rakitić y a otro chut lejano de Nemanja Gudelj. El conjunto de Manuel Pellegrini superó en todo al de Diego Alonso excepto en el marcador final: fue mejor defensivamente (partidazo de Chadi Riad), se impuso en la batalla del mediocampo y arriba creó muchísimo más peligro. Pero como he dicho antes, en este deporte se premia el gol, siempre que metas más que tu rival. Y lamentablemente no fue así pese a la notoria superioridad verdiblanca, por eso el punto es amargo. Y esto es una cosa que tiene que mejorar el equipo bético. Se han sacado empates en Granada, Vitoria, Getafe y Nervión ante contrincantes inferiores y esos puntos son los que te hacen alcanzar cotas más altas en la clasificación final.

En otras ocasiones hemos ido a disputar el derbi en casa ajena con equipos infames que salían derrotados al calentamiento. Poco o nada se les podía reprochar porque era evidente el resultado que se iba a dar. Por eso a mi me da mucho más coraje este empate que aquellas derrotas. Me enfada dejar pasar la oportunidad de salir victoriosos de allí. Pero por otra parte, no hay que dejar de reconocer que este equipo va a más, que ya son muchos partidos consecutivos sin perder y que el futuro se prevé bonito, cosa que no todos pueden decir.

Foto Principal: Antonio Pizarro / Diario de Sevilla