Pablo Caballero Payán Andan mis hijas viendo una serie de televisión que responde al nombre del título de este artículo y me ronda por la cabeza que precisamente eso es lo que está sufriendo el Real Betis Balompié desde que diera comienzo la actual temporada: una serie de catastróficas desdichas.

Matizando que el término catastrófico es demasiado exagerado y no hay que tomárselo literalmente, convendrán conmigo que todos los contratiempos, dificultades y piedras en el camino se ha encontrado el club verdiblanco desde el pasado verano son llamativos y suponen un lastre para el día a día de la entidad, incidiendo casi en exclusividad a lo que pasa sobre el terreno de juego. Este cúmulo de situaciones desafortunadas e imprevistas no se deben únicamente a la mala suerte. También son fruto de decisiones erróneas y excesos de confianza. En este apartado habría que incluir la mala gestión de la confección de la lista para la Europa League y la salida de Luiz Felipe con el marcado veraniego cerrado, que limitó al equipo de Pellegrini en la competición europea con el resultado negativo que todos conocemos.

Sí podríamos achacar a una falta de buena suerte (o exceso de mala fortuna) la cantidad de lesiones que han venido sufriendo muchos futbolistas de la primera plantilla: Sabaly, Luiz Henrique, Bartra, Guido, Carvalho, Ruibal, Bellerín, Ayoze, Fekir, Bravo, Rui Silva, Miranda, Marc Roca y, por último, Isco, cuya baja se prevé para un par de meses. A esto habría que añadirle la ausencia durante un mes de Sabaly, Chadi Riad y Abde por la Copa de África. También dentro de la mala suerte añadiría el rendimiento de un jugador fundamental en las tres últimas campañas por su capacidad goleadora (11, 10 y 15 goles respectivamente) y que, en esta temporada en Liga, no ha logrado ni un solo gol. Me refiero a Borja Iglesias, cuyo buen hacer le sirvió para ser internacional con España y que ha terminado saliendo cedido al Bayer Leverkusen en enero. Sus goles se han echado muchísimo en falta. A todas estas extrañas, negativas, erróneas y desafortunadas circunstancias, por si fuera poco, hay que sumarle la inesperada marcha de Ramón Planes en pleno mercado invernal que, dicho sea de paso, ha terminado de manera positiva con las incorporaciones de Bakambu, Chimy Ávila y Fornals, que le deben dar al equipo más mordiente y puntería en la parcela ofensiva.

Y a pesar de todo, ahí está el Real Betis Balompié, a dos puntos de la sexta plaza y con la posibilidad de avanzar en la Conference League. Habrá que cruzar los dedos para que no continúen llegando contratiempos que dificulten el trabajo del equipo y confiar en que la recuperación de efectivos unido a lo que puedan aportar los nuevos jugadores provoquen que el tramo final de esta rara temporada sea exitoso.