Pablo Caballero Payán No está siendo una temporada fácil para el Real Betis Balompié, que ayer sumó el tercer fracaso del curso futbolístico al caer eliminado de la Conference League frente al Dinamo de Zagreb. Se añade este fiasco al de la Europa League y la Copa del Rey. Quedan tres meses de competición liguera para lograr el objetivo de volver a clasificarse para Europa y salvar los muebles.

Excusas hay de todos los colores: bajas, errores en la confección de las listas y escaso caché europeo son las más utilizadas. Sobre las dos primeras pienso que, a pesar de ellas, el conjunto verdiblanco tenía mimbres de sobras para no haber fracasado. Sobre la tercera, niego la mayor. No creo que se gane por el nombre o por la historia que tengas en tal o cual competición. Un ejemplo de un equipo que no tenia pedigrí europeo y que compitió de lujo fue el Málaga de, precisamente, Manuel Pellegrini. Tenían un equipazo y eso es lo que cuenta. Se gana cuando haces las cosas bien y tienes un equipo bueno, siempre y cuando no te enfrentes a rivales superiores. No creo que nadie le reprochara algo al equipo en las dos pasadas eliminaciones frente al Eintracht Fráncfort o el Manchester United. En ambos casos se intentó competir de la mejor manera posible y las derrotas en la eliminatorias fueron aceptadas como entendibles.

¿Y entonces qué le pasa al Betis en Europa? Pues este año le ha pasado que ha rendido por debajo de lo esperado debido a las bajas y, sobre todo, al pobre rendimiento de algunos jugadores y a la falta de actitud de otros, con una gran incidencia en la eliminatoria frente al Dinamo de Zagreb. Ahora es el momento de hacer un análisis realista, no buscar excusas banales ni poner paños calientes. Es mejor llamar a las cosas por su nombre y no intentar maquillar con palabras más suaves la realidad de lo ocurrido. Desterremos el concepto de decepción (aunque sea evidente que la hay) y hablemos abiertamente de fracaso rotundo.

La autocomplacencia es un lastre para el crecimiento de cualquier proyecto. Asumir los fracasos y las derrotas con autocrítica, honestidad y conciencia es el primer paso para enmendar los errores del futuro. Trece partidos de Liga quedan por disputarse. Hay que sacar el mayor número de puntos posibles para que la próxima campaña tengamos la oportunidad de comprobar si se han puesto los medios necesarios para no caer en los mismos errores que han derivado en los fracasos sufridos esta temporada.