Pablo Caballero Payán El Real Betis Balompié ha fracaso rotundamente en la Europa League al ser incapaz de pasar a la siguiente ronda en un grupo con rivales inferiores al conjunto verdiblanco. Las causas de la eliminación no solo deben analizarse en los notables fallos del partido de anoche ante el Rangers FC. Hay decisiones que han provocado que el equipo bético tenga que conformarse con disputar la Conference League a partir del mes de febrero.

Es cierto que ante el equipo escocés el Real Betis tuvo ocasiones de gol suficientes como para haber ganado el partido y que la mala puntería impidió un resultado mejor, pero quedarnos con solo estos detalles es hacer un análisis pobre y muy sesgado. A los de Heliópolis le condenaron la extrema endeblez del sistema defensivo. A la escuadra de Pellegrini se le vieron todas las costuras y los visitantes aprovecharon casi plenamente las oportunidades que tuvieron. ¿Y cuáles son los motivos que han provocado que un equipo que en La Liga se muestra muy fiable en la retaguardia y la contención fuera ayer un flan en la defensa? Pues que faltaron efectivos muy importantes que dan al conjunto bético la solvencia que le caracteriza. Y esas ausencias, lesiones al margen, son responsabilidad exclusiva de Manuel Pellegrini y de la dirección deportiva. Uno por no confeccionar una lista para la Europa League con garantías y con alternativas a futuribles bajas y otros por asumir el riesgo de debilitar deportivamente al equipo vendiendo a un zaguero cuando sabían que no había sustitutos solventes si se producían ausencias. Y como el destino suele ser caprichoso, éstas llegaron con las lesiones de Bartra, que solo disputó el primer partido de la competición continental, y con la reciente de Guido Rodríguez. Los parches que se han ido poniendo han aguantado a duras penas y el equipo lo ha pagado con una eliminación inesperada a priori.

Pero esta mañana ha vuelto a salir el sol y, sin tiempo que perder, hay que ponerse manos a la obra para preparar al equipo y que siga siendo competitivo en La Liga, mejorando aspectos que permitan que afronte el campeonato liguero, la Copa del Rey y la Conference League con más garantías. Este fracaso, el primero que sufre Pellegrini como técnico bético en tres años y medio, debe servir como toque de atención y de aprendizaje para no volver a cometer los mismos errores.

Foto Principal: Juan Carlos Vázquez Osuna / Diario de Sevilla