Pablo Caballero Payán El Real Betis Balompié ha traspasado a Luiz Felipe al Al Ittihad de Arabia Saudí y ha tirado por la borda la notable planificación deportiva llevada a cabo durante el mercado veraniego. Desprenderse ahora de un jugador importantísimo en los planes de Manuel Pellegrini es una irresponsabilidad absoluta, por mucho que el traspaso vaya a dejar un dineral en las maltrechas arcas de la entidad verdiblanca.
Se habría entendido la venta antes del cierre del mercado y así haber podido traer un sustituto de garantías, pero vendiendo ahora al central italo-brasileño la nómina de centrales de la plantilla bética queda incompleta para afrontar La Liga y la Europa League hasta enero. En la competición europea sólo podrán participar Germán Pezzella y Marc Bartra y, si hiciera falta, algún central del equipo juvenil, dado que los defensas del Betis Deportivo y Chadi Riad no han podido ser inscritos para dicha competición. En el campeonato liguero sí podrían actuar sin problema alguno. Así que ahora hay que cruzar los dedos y esperar a que los dos centrales de la primera plantilla no se resfríen, porque el margen de maniobra para sustituir una posible baja es mínimo.
Viendo la lista de zagueros sin contratos entiendo que desde la dirección deportiva comandada por Ramón Planes no se contempla incorporar a alguno de ellos. Desde distintos medios se sugirió y se lanzó el nombre de Víctor Ruiz, al que conoce perfectamente Manuel Pellegrini y cuya adaptación sería inmediata. Supondría una tomadura de pelo infame repescar a un futbolista que no has querido renovar hace unos meses para que te sirva de parche en una situación incomprensible desde el punto de vista deportivo. Entiendo que el enfado del técnico chileno debe ser importante, porque verse desprovisto de un central una vez empezada la competición y habiéndo cerrado el mercado es un despropósito imprudente.
Es obvio que el Real Betis necesita inyecciones económicas que favorezcan la recuperación de las cuentas del club, pero sin éxitos deportivos esa mejoría en la caja bética es secundaria. La decisión que se ha tomado es arriesgada a más no poder y solo espero que no suponga un lastre insalvable en lo futbolístico. Mermar de esta manera el nivel competitivo del plantel bético es una temeridad indefendible.

Foto Principal: Real Betis Balompié