Armando Rendón Aguilera @armandoren El fichaje de Isco Alarcón, no es familia del CEO del Betis que nosotros sepamos, ha generado todo tipo de reacciones en el entorno bético. El pasado año fue el fichaje estrella de una desastrosa actividad de incorporaciones del Sevilla de Monchi. Era el que más ilusión generaba y el que, en unos muy buenos primeros partidos, parecía que iba a ser un acierto.

Remitiéndonos a lo puramente objetivo, hay que decir es Isco lleva ya varios años sin estar al nivel que estuvo, que su profesionalidad cuando menos no ha estado a la altura de la que se esperaba, que su salida de nuestro equipo rival fue poco gratificante y que tras esta tampoco reencauzó su carrera en ningún otro club. Asimismo, objetivo es que sus años de gloria en el Málaga, donde Joaquín dijo que no había visto a un futbolista igual, en el Real Madrid y comandando la selección española fueron del nivel de una estrella mundial en esto del balompié. De la misma manera es objetivo que Pellegrini lo conoce perfectamente, que sabe lo que puede dar y que un futbolista de este nivel a un 75% en el Betis puede ser ídolo.

En lo subjetivo o valorativo están los que dicen que hemos fichado a un exfutbolista, a un gordo que no se mueve o a un deportista retirado, que va a hacer en el Betis un “vandervart”. O estamos los que creemos que si actúa como debería actuar, con revancha, reivindicándose y demostrando lo muy bueno que es, el acierto puede haber sido de época (al menos para los dos/tres próximos años). Juega a favor de los que somos optimistas un magnífico vestuario, donde la exigencia es máxima y el compañerismo también, y donde el liderazgo que ejerce nuestro entrenador se focaliza en premiar el compromiso, el desempeño, la aportación y el rendimiento, sin casarse con nadie.

Así que desde estas páginas, utilizando un símil del mundo del toreo (que tan poco gusta a este que les escribe), vamos a ver si realmente resucita nuestro Jon Nieve (haciendo referencia al vídeo de presentación de la cuenta oficial del Real Betis) y sale por la puerta grande o bien acaba devorado por los “caminantes blancos” y acaba en la enfermería ya de por vida. Solo una cosa más, recuerden que somos de los verdes, de la esperanza.

Foto Principal: Real Betis Balompié