Pablo Caballero Payán Han creado cierto revuelo los mensajes que Héctor Bellerín y Borja Iglesias lanzaron en sus redes sociales el pasado domingo, en plena jornada de elecciones generales en España. Las reacciones han sido variopintas: a favor, en contra, irrespetuosas y sorprendentes. Ellos han ejercido con total franqueza la libertad que tienen para opinar sobre política y deben ser respetados, aunque se discrepe del contenido del mensaje.

Con los que estamos a favor de que realicen este tipo de publicaciones no hay problemas, pero muchos de los que han criticado a los futbolistas béticos han argumentado que se deben dedicar exclusivamente a jugar al fútbol y que no deben entrar en estos temas. Es un argumento infantil y carente de toda lógica, porque antes que deportistas profesionales son personas sociales y como tales, tienen todo el derecho del mundo a mojarse en los asuntos que crean conveniente. El verdadero motivo de la crítica y de todo el jaleo que se ha formado es el contenido del mensaje. Muchos defensores de la libertad de expresión se vuelven enemigos de ella cuando no les convence el mensaje emitido, que siempre es susceptible de ser rebatido y criticado, pero jamás se puede coartar el derecho a expresarlo.

Hay quien ha ido más allá en su crítica. Nacho González, ex Redactor Jefe de RTV Betis y actual Consejero del Consejo Audiovisual de Andalucía a propuesta de VOX, escribió el siguiente mensaje en Twitter: “Jugadores del Real Betis insultando a los béticos que pagan su abono y son votantes de VOX y vete a saber si también aluden a los del Partido Popular. Deberían ser despedidos inmediatamente o de lo contrario que el club se atenga a las consecuencias del polvorín que puede ser”. La metedura de pata es antológica, porque Héctor Bellerín y Borja Iglesias no pidieron el voto para nadie en concreto (en sus mensajes no se hace mención alguna a partidos políticos), pero al hablar los jugadores de progreso y de luchar contra el fascismo y el odio, Nacho se dio por aludido, demostrando muy poca clase en la última frase de su mensaje, que tiene un tufo de amenaza represora que tira de espaldas, las cosas como son.

Otro “célebre” bético que ha manifestado su rechazo a las palabras del delantero gallego ha sido José Manuel Soto. El cantante (creo que sigue siendo su profesión) ha dicho que “un deportista individual puede hacer y decir lo que le parezca, cuando perteneces a una disciplina de un club te debes a quien te paga y te deberías abstener de hacer ciertos comentarios que te pueden poner en contra a media afición. Espero que el Real Betis le llame al orden…” No vi a José Manuel tan preocupado por las opiniones políticas de los futbolistas béticos en el pasado mes de mayo, cuando Joaquín, entonces capitán de la primera plantilla verdiblanca, publicó un vídeo en el que se manifestaba a favor de la continuidad como alcalde de El Puerto de Santa María del candidato del Partido Popular.

En esta vida lo peor que se puede ser es un sectario y no respetar que se manifiesten opiniones distintas a las tuyas. La discrepancia, la crítica y la oposición frontal a ideas contrarias es sano e imprescindible, pero siempre hay que hacerlo con argumentos sólidos y sabiendo que todo el mundo es libre de expresar sus ideas, y mucho más cuando se hace con educación. Gracias a Héctor y Borja por ser como son, personas valientes y comprometidas y que por eso se han visto inmersos en todo este trajín.

Foto Principal: Reuters/Jon Nazca