JJ Barquín @barquin_julio Tras una temporada espectacular, coronada con un brillante título, llega al periodo de vacaciones para el cuerpo técnico y la plantilla. No hace falta decir que son más que merecidas tras la tensión y la presión vividas a lo largo de casi diez meses. Por el contrario, es el tiempo de un hombre discreto y clarividente que ha conseguido despertar a ese gigante que llevaba demasiado tiempo adormilado.

Tiene trabajo por delante el bueno de Antonio Cordón pero todos los béticos debemos apalear al buen hacer de un tipo que tiene una brillante trayectoria forjada en grandes equipos. Además, entramos en un tiempo lleno de primicias, informaciones, rumores, exclusivas, conjeturas y, por supuesto, invenciones para seguir rellenando páginas y ocupando horas de radio.

Llegados a este punto, creo que lo coherente y sensato es permanecer al margen de todo este espectáculo circense lleno de murmullos, cuchicheos y mentiras interesadas que solo aportan provecho a los actores fundamentales, los periodistas. Si encima la persona que está al mando de la nave verdiblanca es un tipo que un día se fijó en Godin, Jefferson Montero, Musacchio, Vietto, Paulista o Martín Cáceres, todo está dicho. Con esta carta de presentación lo mejor que podemos hacer es dejarle trabajar tranquilo y confiar en que Cordón siga despistando a los sabuesos de la prensa para que no sepan por dónde van los tiros.

Y si hablamos de futbolistas solamente me queda rogar a Cordón, Haro o Pellegrini que sigan apostando por jugadores con calidad y compromiso por las trece barras. Como se dice habitualmente, personalmente prefiero hombres más que nombres. Solamente les pido que sigan contando con aquellos que hacen esfuerzos personales -incluso de sueldo- para estar sobre el Villamarín y se olviden de aquellos que hablan mucho pero que se fueron corriendo para ser un mueble olvidado en el boulevard de las estrellas de la Castellana.

Foto Principal: AFDLP