Armando Rendón Aguilera @armandoren Nuestro Betis está viviendo momentos y días de gloria. Los Béticos se divierten, disfrutan, se enorgullecen y, después de mucho tiempo, vuelven a soñar con alcanzar cotas aun más altas. Y lo mismo que nos levantamos cuando nos tocaba hacerlo, ahora sabemos disfrutar con clase y alegría.

Al margen de todo esto, vi una foto publicada por la cuenta de cantera de nuestro Club. En ella, se ve a uno de los “forjadores” de base de esa corriente verdiblanca. En este caso, además, se trataba de mi amigo Ismael Carrasco, que con sus chavales, compartía conocimientos, técnicas, valores y seguro que beticismo, de ese del bueno, del que solo personas como Ismael saben compartir a quien se acerque a él. Isma, jugaba al fútbol como yo jamás soñé jugar, competía como el que más, tenía ese instinto goleador que pocos tienen, pero lo que siempre he admirado de él ha sido su espíritu deportivo y ese beticismo del bueno, del de verdad, del que te deja sin argumentos cuando ante cualquier análisis siempre te ponía esa pausa cargada de conocimientos y de “manquepierdas”.

Cuando veo a Isma con sus chavales, me felicito por tener a profesionales, a personas como él, dentro de nuestros entrenadores o monitores. Los padres de los chavales están de enhorabuena, estoy seguro de ello. Al ver esa foto, también me he acordado de lo lejos que está o debería estar este deporte de aquello que transmiten los Rubiales con sus “arabiasaudies”, sus Tebas con sus “tejemanejes” y las envidias y tertulias “salvamenianas” que difunden algunos medios de comunicación en la radio o en la televisión. Así que desde estas líneas quiero agradecer a los “ismaeles” que forman y desarrollan a los chavales, no solo en el conocimiento futbolístico, sino en esos valores deportivos que además de hacerlos mejores deportistas, los harán mejores personas a futuro. Orgullo de amigo, Orgullo de Betis.

Foto Principal: @RBetisCantera