Rayo Vallecano 1 (Balliu) – Real Betis Balompié 1 (Canales)

Pablo Caballero Payán Voy a respirar tres veces y a pensar muy bien las palabras que utilizaré en la crónica para que no cierren esta web y me caiga una denuncia. Intento ser siempre objetivo y analizar los partidos de una manera neutral, no cayendo en el beticismo que me corre por las venas e intentando ser lo más imparcial posible. Pero hoy me voy a permitir el lujo de escribir estas líneas con la camiseta del Real Betis puesta y expresar el enorme enfado que tengo yo y, supongo, la inmensa mayoría de béticos.

El partido estaba discurriendo por cauces normales hasta que Muñiz Ruiz empezó su grotesco show. Comenzó con obviar una falta clarísima sobre Borja Iglesias en un contragolpe peligroso del equipo de Pellegrini. Poca cosa para lo que estaba por llegar. En el minuto treinta y cinco expulsó de manera injusta a Alex Moreno, condicionando así el partido. El lateral catalán no levanta la pierna más arriba de su cadera y es Isi el que agacha en exceso la cabeza. Luego el impacto es fuerte y aparatoso por la sangre derramada por el jugador rayista y eso provoca que el árbitro tome la errónea decisión de expulsar a Alex Moreno. Poco después no señaló un penalti clamoroso por unas manos de Catena dentro del área. Desde el VAR, incomprensiblemente, no avisaron a Muñiz Ruiz para que revisara la acción. Pese a todo, el Betis logró enlazar una gran jugada colectiva entre Canales, Fekir y Bellerín que culminó el cántabro para poner el 0-1 antes del descanso.

La segunda parte tuvo un claro dominio del Rayo, aprovechándose del regalo en forma de expulsión que le hizo el árbitro. Poco a poco fue acercándose con más peligro a la portería de Rui Silva hasta que llegó el tanto del empate en el minuto setenta, gol que debió ser anulado por falta de Falcao al intentar jugar la pelota con la cabeza desde el suelo (en la primera parte le pitó eso a William Carvalho). Esa acción del colombiano entorpeció el despeje de Bartra y terminó con el balón el las botas de Balliu para que lograra empatar el encuentro. Para terminar su bochornosa actuación, le señaló una falta inexistente a William Carvalho cuando el portugués se adentraba con mucho peligro en el área rival. Cualquier tipo de análisis que obvie todo lo que he contado carece de sentido y no refleja lo que ha ocurrido sobre el césped de Vallecas.

Al equipo sólo se le puede aplaudir por el extraordinario trabajo realizado en inferioridad, por no desesperarse y perder los nervios al ver cómo estaba pitando el árbitro y desear que ser recupere del esfuerzo para el partido de Copa del próximo sábado ante el Sevilla FC. Pese al enorme enfado, a partir de ya es inútil perder ni un solo segundo en el infame arbitraje sufrido. Los cincos sentidos deben estar puestos en el derbi copero.

Lo mejor: el gran esfuerzo del equipo.

Lo peor: al arbitraje, un escándalo mayúsculo.

Foto Principal: sport.es