Reyes Aguilar @oncereyes Espero impaciente verte, Fekir, renovando tu fe verdiblanca, escenificándolo ante ese mismo césped al que te arrodillabas el pasado domingo en un gesto personal de agradecimiento, tras devolvernos con tu gol el vértigo de la tercera plaza, el  entusiasmo y la ola, ésa que asoma cuando soplan vientos favorables. Entenderás con el tiempo a que huelen esos vientos, los que acercan el olor al sanluqueño declive de un Guadalquivir tan cercano a Heliópolis, el azahar o el incienso en la primavera de esta ciudad de cielos azules machadianos y sobre todo, el de una afición que ya te ha demostrado que vayas donde vayas, juegas siempre en casa porque donde vaya tu Betis, porque ya es tuyo, siempre habrá un bético esperando. En Rusia los habrá, como en Talavera, donde quizás te cuenten que un toro mató a Joselito, que además de ser el rey de los toreros era el embajador de la Esperanza a la par de un ilustre sevillista con cuñado bético, torero también e intelectual, que acabó siendo presidente del Real Betis, la rivalidad que en Sevilla se entiende y nos caracteriza, aunque de Despeñaperros para arriba se malinterprete. Allí olerás el albero de cerca pero no el maestrante, que es como el de la Feria, donde te esperaremos para brindar por el porvenir bajo un cielo de farolillos. Y te contarán que en Rusia allá por 1978 llegamos a cuartos de final de la antigua Recopa tras eliminar al Milán y al Lokomotive de Leipzig con magistrales goles de López, aquel cántabro que recaló en Sevilla para quedarse en el vestuario de los dorsales eternos. Ese partido ante el Tblissi se perdió en el césped y en los aeropuertos soviéticos, será algo que te explicarán allá por febrero, cuando el EuroBetis se vista de gala. Pero yo quisiera contarte que en ese césped ante el cual simbolizas tu agradecimiento, ha habido gloria y ocaso, pero siempre hemos estado ahí, alentando a los encargados de defender un escudo que va más allá de trece barras y un equipo de fútbol. Lo entenderás cuando nos escuches corear muchas más veces tu nombre y te veas en los miles de ojos emocionados, por donde se asoma el Betis de verdad, ése con el que nacemos y al que sentimos como parte de nuestra identidad. Cardeñosa, Finidi, Aranda, Cayetano Ré, Gordillo, Fantaguzzi… nombres propios a los que esta afición mitifica por protagonizarla en lo bueno, en lo malo y en lo intrascendente, como el viejo palomar de Gol Sur donde a veces, pocas, se quedaban sin números para el marcador, un chupe pintado de verdiblanco, una marcha verde desde La Palmera a Burgos para presenciar un ascenso o a Santander para evitar un descenso o un Oh Juanmigué que ya se canta hasta en las bodas. El Betis tiene este punto de irracionalidad, así lo entendemos y en él te queremos, Fekir, besando el césped o yéndote para la banda a abrazarte con los utilleros, como uno más de los que dicen que estamos locos de la cabeza.  Los béticos merecíamos disfrutar y sentir el vértigo de las alturas, ver al equipo compenetrado, al entrenador orgulloso de la satisfacción del trabajo bien hecho y sobre todo, a la grada enfervorecida. Te queremos en este Betis, Fekir, para que sigas besando la hierba y dándole gracias a quien lo merezca por haberte traído precisamente ahí, al césped del Villamarín, donde ya formas parte de su irracionalidad y de su afición, que ya te considera como parte de su alegría, y de su historia.

Foto Principal: @RealBetis