Deportivo Alavés 0 – Real Betis Balompié 1 (Borja Iglesias)

Pablo Caballero Payán Un gol de Borja Iglesias cuando el partido llegaba a su final le ha permitido al Real Betis sumar tres puntos en su visita a Vitoria. No fue el mejor encuentro por parte de los verdiblancos, pero lo importante en el deporte profesional es ganar y eso es lo que hicieron los pupilos de Pellegrini, que nuevamente realizó cambios determinantes para lograr vencer al rival. Con quince puntos, los de Heliópolis se sitúan en la octava plaza de la clasificación liguera.

Hasta la primera media hora de juego el partido parecía que se inclinaría tarde o temprano del lado bético. El Betis dominaba con claridad y se acercaba con peligro a los dominios de Pacheco, que tuvo que emplearse a fondo para evitar los goles de Fekir y Rodri. También tuvo sus oportunidades el Deportivo Alavés con un chut desde el córner que se estrelló en el larguero y un desviado disparo de Pellistri con todo a su favor. Aun con esa igualdad de ocasiones, se jugaba a lo que quería el Betis, con William Carvalho ejerciendo de mandamás del centro del campo y jugando siempre con mucho criterio. Pasó que los de Pellegrini desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos cuando más agobiado parecía el equipo local, que se subió a las barbas de los verdiblancos. Siguió el choque con la misma dinámica tras el descanso, con un Betis bastante ramplón y errático, aunque tuvo también en las botas de Fekir dos buenas ocasiones para lograr anotar. Por su parte, el equipo vasco estrelló su segundo balón en el larguero y veía como no lograba un gol que, por momentos, estuvo cerca de conseguir. Y entonces llegaron los movimientos desde los banquillos y ahí empezó a decantarse el partido para el lado andaluz. Lo que sacó Pellegrini al césped tenía más calidad y pegada que los cambios del Alavés y cuando se juntaron Fekir con Joaquín y Borja Iglesias llegó el gol de la victoria. Quedaban pocos segundos para que se cumpliera el minuto noventa y el francés puso un pase en profundidad al portuense que, a sus cuarenta años, esprintó como si fuera un juvenil para servirle el balón en bandeja de plata al delantero gallego, que estaba donde tienen que estar los arietes para mandar la pelota al fondo de la red. Y ya no hubo tiempo para más. El Betis gestionó muy bien el tiempo de prolongación y certificó una victoria que quizá no mereció por completo pero que la logró al fin y al cabo, que es lo que importa.

Esta nueva serie de partidos seguidos en tres semanas frenéticas ha comenzado de la mejor manera posible. Siguen cometiéndose errores que hay que terminar de pulir, pero para derrotar a este Betis tiene el rival que hacer muchísimas cosas bien y no siempre le basta con ello. Eso habla muy bien del trabajo que está llevando a cabo Pellegrini y unos jugadores que, con sus aciertos y fallos, compiten siempre y lo dan todo.

Lo mejor: la victoria, que en los últimos instantes siempre sienta de maravilla.

Lo peor: el tramo del partido en el que no dominó.