Pablo Caballero Payán @pablocpayan Pepe Mel ha sido un entrenador importante en el Real Betis Balompié. Dos ascensos, una temporada relativamente tranquila en la que se jugó un buen fútbol y otra en la que llevó al equipo a la Europa League. No hay dudas de que son números y registros importantes y que los béticos deberíamos estar agradecidos por ello. Pero hay más.

Pepe Mel fue destituido en la temporada 13-14 cuando el Betis, tras 15 jornadas, era el farolillo rojo de la clasificación con tan solo 10 puntos en su haber. Sinceramente pienso que, si hubiera continuado al frente del equipo en esa Liga, el conjunto verdiblanco habría tenido más opciones de salvación. Pero no fue así. Volvió un año después al banquillo de Heliópolis y ascendió nuevamente al Betis.

Pepe Mel dispuso de una nueva oportunidad en Primera División. Desde primerísima hora, su relación con el Director Deportivo (Eduardo Maciá) fue tensa y poco fructífera para los intereses del club. Otra vez fue despedido antes de acabar la temporada. Concretamente tras la última jornada de la primera vuelta, con el Betis clasificado en la decimoquinta posición de la tabla y a cinco puntos de los puestos de descenso.

Pepe Mel, cuatro días antes de su destitución, diseñó una descabellada alineación, cargada de jugadores poco habituales, para el partido de ida de la eliminatoria de Copa del Rey que enfrentó al Real Betis y al Sevilla. Quizá este hecho fuera el detonante de su despido. La mayoría de la afición no se lo perdonó y pidió su marcha. También fue un motivo importante para su desvinculación de la entidad la guerra mediática en la que el papel del entrenador fue fundamental. No es un secreto que muchísimos periodistas de esta ciudad apoyaban incondicionalmente al madrileño y atacaban (a veces sin motivos lógicos) al otro bando de esta contienda.

Pepe Mel regresa este sábado al Villamarín al frente del Deportivo de La Coruña. El miércoles, durante un acto en el estadio, el presidente del Betis pidió a los béticos que recibieran bien al ex entrenador verdiblanco. Pues ni bien ni mal, señor Haro. Yo le agradezco a Mel las cosas buenas que hizo al frente del equipo de Heliópolis, pero no olvido sus salidas de tono, su falta de profesionalidad en momentos clave y la de palitos que metió en la candela de la prensa deportiva que sigue al Real Betis Balompié. Y además pienso que la indiferencia es el mayor castigo que se le puede dar a cualquier persona.