Reyes Aguilar @oncereyes Cabizbajo se marchaba camino al vestuario sin dar lo que de él tanto se esperaba, todos preguntan qué te pasa, y yo no sé qué contestar, cantaba Manolo Tena; treinta millones por tres goles en treinta y cinco partidos, me he oído decir a mí misma, viéndole de regreso al vestuario con su mirada ojerosa, su porte triste y su altiva barba, al estilo de un hidalgo cervantino sacado de una novela de caballería tras otro partido más sin dar lo que se le esperaba. Y es que a Borja Iglesias algo le faltaba, quizás lo que le provocó que los últimos minutos ante el Huesca, los pasase tumbado sobre las escaleras del Villamarín contando las estrellas de la bandera europea que a esa hora de la tarde, ya asomaban por entre los focos de la vieja grada baja de preferencia, después de meter un gol de penalti acontecido sobre él mismo, firmado con determinación y maestría.

Tuvo que venir la niebla para que aquel futbolista con pinta quijotesca, se reencontrase con él mismo y con su afición, para que desde aquella noche copera, Borja Iglesias levantase la mirada para comenzar a firmar con su nombre páginas de la centenaria historia de este Betis que si me dicen en diciembre donde íbamos a estar en junio, no me lo creo. Pero así son las cosas y así es este Betis y como allá donde fueres haz lo que vieres, tras aquellos dos goles a la Real Sociedad que nos llenó de entusiasmo, al gallego le dio por vestirse con su propia camiseta y hacer del Betis lo que es, el equipo capaz de lo posible, lo imposible y de complicar lo fácil haciéndolo difícil. Fue aquella misma niebla la que se llevó mi desconfianza sustituyendo al fichaje cuestionado por el delantero que siempre quise en mi equipo, con su valentía, su implicación, su rendimiento, sus goles fundamentales y artífice del pasaporte europeo, y es que al Betis le ha sentado muy bien Borja Iglesias y a Borja Iglesias, le ha sentado muy bien el Betis.

Luce desde enero una sonrisa que no le abandona y con ella, los goles de mi reconciliación; Osasuna, Getafe, Elche, Granada, Alavés, Barcelona y los del Huesca, que ya son eurogoles, con los que reconocí que su mérito está en haber comprendido donde juega, mirando a la grada vacía y tan llena a la vez, oyendo a la gente hablarle con los ojos y apoyarse en sus compañeros con implicación, humildad y trabajo para sacar lo mejor de él para sí mismo y para los demás. Muchos dorsales que le precedieron supieron aplicar la filosofía de vida de este club para convertirse en nombres de oro de nuestra historia en base a tardes de gloria, a saber entender de donde vienen, a donde se va y donde se juega; “mira delante de ti la suerte de los que fueron; mira delante de ti la suerte de los que serán” decía su paisana, la insigne Doña Emilia Pardo Bazán, ojalá que su nombre sea la suerte de los que fueron y de los que serán, algo que le oyó decir a las estrellas que una noche de mayo y al borde del infarto, se asomaron por el cielo de Heliópolis para contarnos que al Betis le ha sentado muy bien Borja Iglesias y a Borja Iglesias, le ha sentado muy bien el EuroBetis.

Foto Principal: goal.com