Real Betis Balompié 0 – Zenit de San Petersburgo 0 (Global de 3-2)

Pablo Caballero Payán El Real Betis estará en el bombo del sorteo de los Octavos de Final de la Europa League tras empatar sin goles ante el Zenit y hacer bueno el resultado obtenido en tierras rusas. El equipo de Pellegrini ha sufrido ante el empuje del rival y se ha salvado en el último suspiro de tener que jugar una prórroga al anular el VAR el gol logrado por los rusos en el minuto noventa tras considerar que Guido Rodríguez fue objeto de una falta que le impidió defender la jugada que acabó con el balón dentro de la portería de Rui Silva.

No fue el Betis dominador de otras ocasiones. El Zenit presionó muy bien los intentos de salir con la pelota jugada de los verdiblancos y tejieron una tela de araña que fue incapaz de atravesar el conjunto de Heliópolis, que se mostraba incómodo en todo momento. Los rusos estuvieron muy atentos en los marcajes, en las ayudas a los compañeros e imposibilitaron que las acciones de ataque del Real Betis generaran un peligro excesivo. En la primera mitad tampoco ellos se acercaron con ocasiones claras, más allá de las incursiones por las bandas buscando la corpulencia de Ziuba. La segunda parte si fue más movida. El Zenit salió con una marcha más, sabedor de que el empate no le servía. Muy pronto llevaron el susto a la grada, con un gol anulado por fuera de juego. El Betis se sintió herido y tuvo unos minutos más intensos en los que generó peligro a balón parado. Fekir botó un saque de esquina que prolongó Pezzella para que Guido cabeceara al palo de la portería del Zenit. A la hora de juego fue Ruibal el que mandó la pelota a la madera tras otra prolongación, esta vez de Willian José. Y ahí se acabaron las oportunidades verdiblancas. Los visitantes fueron encerrando poco a poco al Betis, que se defendió con uñas y dientes para conservar la ventaja lograda en San Petersburgo. Los minutos pasaban y los acercamientos del Zenit cada vez eran más peligrosos, hasta que llegó la jugada del gol anulado por el VAR. El Villamarín enmudeció con el gol ruso, pero estalló de alegría al anularlo el árbitro. En la última jugada del partido a punto estuvo de llegar el 0-1, pero el balón se marchó rozando el larguero para satisfacción de la afición bética, que estalló de alegría con el pitido final convirtiendo a Heliópolis en una fiesta.

Ahora, con los deberes europeos hechos, toca pensar en lo del domingo. Hay que dar un golpe sobre la mesa en Nervión y lograr una victoria que metería de lleno al Real Betis en la lucha por la segunda plaza de la Liga. La tarea es complicadísima porque el Sevilla FC es un equipo muy rocoso, muy bien trabajado y muy difícil de batir, sobre todo en su estadio. Hay que ir a por todas sin complejos, con mucho respeto y con la confianza necesaria para competirle de tú a tú a un buen equipo. ¡Vamos Betis, vamos!

Lo mejor: la clasificación, el trabajo realizado por todo el equipo y el empuje de la afición

Lo peor: el sufrimiento final y el no haber sido capaz de imponer tu estilo.

Foto Principal: Antonio Pizarro / Diario de Sevilla