Reyes Aguilar @oncereyes Parece mentira como gira la veleta del destino, movida por aquellos mismos aires que en su día trajeron el Hola Don Manuel y que ahora han virado a otra variedad, del que les separa toda una vida con sus tormentas, sus cometas y hasta sus terremotos. Sin duda este Don Manuel de conversación inteligente, porte serio, pelo blanco, mirada azul y habla porteña, ha sido el verdadero artífice ya no solo de que la ilusión vuelva al Villamarín, llenado el vestuario de su dinámica competitiva y su aliento ganador, sino de repartir elegancia y saber estar en sus ruedas de prensa concretas, certeras y contundentes, en sus planteamientos de partido y desde luego, en la fe inculcada a determinados jugadores a los que apenas nada se les esperaba. Del Hola Don Manuel de tiempos oscuros, aquel que abría balcones para recibir el baño de aplausos de todos los que confiamos en él y en la decepción posterior de lo que tan lejos estaba;  años de compadreo, de ofensivos bustos, de lenguaje ordinario y un catetismo feroz que tiró por los suelos de un plumazo toda una vida de señorío bético. Ha tenido que llegar allende los mares otro Don Manuel para devolvernos la elegancia en una rueda de prensa, en la pose al recibir a un medio de comunicación, en el respeto hacia el rival, en la mesura en las respuestas y en la importancia que tiene el cariño hacia una afición reflejada en aquella acertada frase que pronunció, donde dejaba sentenciado que conocía a la perfección los entresijos del ser bético, cuando dijo que tras cada asiento vacío había una familia detrás del equipo. Le agradezco su claridad de miras ante lo que nos espera, la confianza y personalmente, el haberme devuelvo el entusiasmo. Ojalá no me equivoque y este Don Manuel eche por tierra lo único que al otro, aún le salva de la memoria de algunos nostálgicos de la uvi y el criaturismo; el sonido de la Champions en el Villamarín. El aire fresco que rodea al que es fichaje estrella de esta temporada ha virado la veleta y ha sido capaz de resurgir al jugador más desmotivado, de darle una oportunidad al más novato y hablarle a la cara a los más veteranos, ofreciendo su excelente planteamiento del liderazgo que ejerce, la seriedad y serenidad en sus exposiciones, así como su altísima experiencia a disposición de los once elegidos para defender el escudo ante una estructura de club que lo posibilitó, porque cuando las cosas marchan bien, es de recibo recordar y reconocer de que mano llega Pellegrini al Betis  y no precisamente acostumbrado a usar gorra a lo Griguol.

Confío plenamente en el ingeniero y en su plan, donde tiene trazado con líneas maestras cómo dignificar ese Manquepierda de exigencia, ambición e inconformismo que tantos, no han sabido hacerlo posible y ni mucho menos, comprenderlo.