Pablo Caballero Payán @pablocpayan El buen uso del lenguaje es una batalla complicada, habida cuenta de que en la actual sociedad, tristemente, la cultura y las buenas formas son en demasiadas ocasiones un oasis dentro de un desierto de improperios y malos modos. En nuestro particular mundo verdiblanco ocurre con un verbo que se utiliza a deshoras y muchas veces de manera errónea e injustificada: exigir.

No voy a entrar en enumerar la de veces que se ha exigido equivocadamente, en unas ocasiones por desconocimiento y en otras por oportunismo mezquino. Sería volver a repetir argumentos manidos y de sobra conocidos. Donde quiero llegar hoy es, desde mi punto de vista, a una justificada utilización de la exigencia, personalizada en la crítica a un jugador que está rindiendo por debajo de sus posibilidades y que ha demostrado que puede y debe aportar muchísimo más al juego del Real Betis Balompié. Ese futbolista es Nabil Fekir.

El internacional francés tiene unas condiciones técnicas espectaculares, pero su inicio de temporada no está siendo de un nivel alto. Puede ser que la apuesta de juego más colectiva de Pellegrini reste posibilidades de brillo a Fekir, pero creo que esa circunstancia debería jugar a favor del campeón del mundo. Un crack de su talla debería rendir mejor al sentirse arropado dentro de un equipo compacto, solidario y tácticamente más trabajado. Ojala sea cuestión de adaptarse al nuevo estilo y pronto veamos la mejor versión de Fekir.

A él se le puede exigir mucho más porque sabemos lo que puede ofrecer: carácter, calidad, determinación, un golpeo sensacional, jugadas espectaculares que enamoran al aficionado…, una gran batería de recursos que el Real Betis tiene la inmensa fortuna de tener a su servicio. Confiemos en que pronto podamos volver a disfrutar de su talento.

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