Antoniano 0 – Real Betis 4 (Tello, Kaptoum, Lainez y Meléndez)

La noche de Copa fue tremenda. Una pena para los 10.000 aficionados que vinieron desde Lebrija y para los muchos béticos que no dejaron solo a su equipo. Noche para felicitarse por el pase y, sobre todo, por salir todos los jugadores que disputaron el encuentro sin lesiones de gravedad. Como era de esperar, Rubí apostó por un equipo cargado de no habituales debido a la fragilidad del rival. Aun así, había que ver cómo respondían los suplentes ante un césped difícil y un rival animoso por la cita.

Pero poco tiempo duró la igualdad en el marcador pues en el minuto 14, Tello aprovechaba el penalti para poner claras las cosas. A partir de ese momento, el partido entró en una dimensión distinta pues las diferencias eran claras y evidentes. Tuvo una ocasión clara el equipo de Lebrija debido a la inocencia de Dani Martín, pero la inesperada situación jugó en contra de los jugadores de blanco. A partir del susto, el Betis no se complicó la vida, hizo un fútbol práctico y rápidamente llegó el segundo de Kaptoum, tras una buena combinación con Borja Iglesias para dejar imposible la eliminatoria.

Tras el descanso, y con la brutal noche de lluvia y viento, lo que cabía esperar era que nadie se lesionase ante un campo que ya comenzaba a ahogarse por la inmensidad de los litros caídos desde primera hora de la mañana. Bartra remplazó a Sidnei, con una pequeña sobrecarga y esos cuarenta y cinco minutos, sirvieron para ver una delicatesen de Diego Lainez y el gol de Meléndez, que recordará toda su vida como una preciosa noche, lo que fue un infierno llamado Elsa.

Lo mejor: El pase, los detalles de Lainez y que nadie resultó lesionado de gravedad.

Lo peor: La infame noche que asoló el Villamarín y la pequeña sobrecarga de Sidnei.

Foto. Estadio Deportivo