JJ Barquín @barquin_julio El Betis, en lo que tiene que ver con la gestión, ha pasado de estar en el siglo XV a instalarse en el siglo XXX. Del medievo de Lopera al esnobismo de Haro y Catalán. De estar en la oscuridad más nauseabunda a entrar demasiado pronto en un viaje casi espacial. En este Betis atomizado y en crecimiento, también hay movimientos inquietantes, sombríos. Todo no iba a ser tan perfecto como la Junta de Accionistas de ayer. Desde hace tiempo se viene produciendo una mala praxis interna, un incremento desmedido de los llamados “gastos del personal no deportivo”. Al loro con este tema.

Y no solamente lo dice quien firma este artículo. Un accionista lo denunció ayer en la Junta: Casi ocho millones de euros de gasto en personal no deportivo. Hay que compararlo con el año anterior cuando eran 4,8 millones. Se ha incrementado un 61 por ciento. Desde que Haro y Catalán dirigen el Betis se destinaba sólo un millón y ahora ocho. Ahora hay 90 personas no deportivas trabajando en el Betis. Casi han triplicado la cifra”.

Llegados a este punto, podríamos preguntarnos por la entrada de familiares de miembros del consejo; por la llegada de un asesor deportivo cuando su padre se ha convertido en importante accionista en la entidad; por la contratación de una responsable de prensa, familia del director de la Cadena Ser Andalucía, para una Fundación que no genera una información abundante en el día a día o por la incorporación de un responsable de proyectos, que viene acompañado de su padre, recién elegido consejero ayer.

Pues que quieren que les diga, ni una cosa, ni la otra. Ni blanco, ni negro. Toda transformación debe hacerse de forma progresiva, equilibrada y consecuente. El club se está profesionalizando de manera vertiginosa, lo que está llevando a un peligroso amiguismo personal e institucional. Esa mala praxis puede traer el desgobierno y la desorganización. Y un tufo a régimen dictatorial que utiliza los vetos para apoyar a unos y destronar a otros. A este paso en vez de hablar de profesionalización, vamos a terminar hablando de la ACA. Lo que viene siendo una Agencia de Colocación de Amigos.

Quién lo diría, pero vamos camino de convertir el club en un organismo no oficial de colocación. Un chiringuito de entrada de amistades y conocidos para amasar contactos, liderar opiniones, comprar voluntades y apoderarse de intereses. Al más insigne estilo del partido que ha gobernado muchos años en esta Andalucía, el Betis comienza a prodigarse en prácticas poco aconsejables para lo que requiere un club deportivo.

Foto: Manu Gómez. Al Final de la Palmera