Armando Rendón @armandoren Sigo a Borja desde hace algunos años, especialmente desde su irrupción en el Zaragoza como goleador insaciable. En esa temporada, me recordó mucho a aquel Jorge Molina del Elche que antes de venir al Betis, era todo un espectáculo en segunda división (aún recuerdo su partido en el Villamarín con la camiseta verde y blanca del Elche). La duda que existía con Borja al igual que con Jorge Molina, con Jaime Mata (que marcó más goles que Borja en su segunda temporada siendo pichichi) o con muchos otros que, tras ascender a primera división, podrían bajar su rendimiento de forma sustancial. Perfiles de futbolista muy similares, todos ellos. Delanteros potentes que han sido capaces de meter goles de todas las facturas y que, con el balón en los pies, pusieron de manifiesto que para nada eran o son torpes.

Cuando veía a Borja en el Zaragoza, con un equipo bastante ramplón, recuerdo que aportaba soluciones al equipo en todos los aspectos del ataque que se pudiesen dar. Contras, aguantar el balón para contemporizar, remates de cabeza, asistencia, briega…era sin duda el faro que guiaba al equipo maño en esa temporada. Además, trasladaba compromiso, pelea y compañerismo, lo que sin duda decía muchas y buenas cosas de él. Tras esta magnifica temporada, quedaba por despejar que aportaría y cuál sería su rendimiento en un equipo de primera. Y tras su fichaje con el Español, quedó despejada cualquier duda sobre su valía y potencial.

El Betis lleva necesitando un “Borja” al menos dos o tres años, por lo que su llegada no puede ser más afortunada, aunque tardía. Para Borja Iglesias el Betis debe ser su consagración que incluso lo eleve a otras metas (sueldo, selección, reconocimiento, etc.) con las que ni soñaba hace escasamente dos o tres años. Y para el Betis, Borja puede suponer esa referencia que llevamos años buscando y que parece que por fin vamos a cerrar.

Recuerdo una conversación con el cuerpo técnico de Quique Setién en los que, medio en broma medio en serio, aseguraban que habían preguntado por la posible “repesca” de Jorge Molina como recurso ofensivo para el equipo. Un perfil como el de Jorge o el de Borja hubiese sido fundamental para el Betis de estos dos años. Así que, pensando en esperanza verde, ya tenemos esa opción entre nosotros (o casi, a falta de confirmarse) y si la dirección técnica lo complementa con otro delantero (ojalá fuese Mariano), entonces Rubi y su equipo van a tener entre manos a la mejor plantilla que haya podido gestionar. Su suerte será la nuestra, así que todo el saber y la suerte del mundo míster.