Pablo Caballero Payán @pablocpayan Tras la fabulosa victoria en el Camp Nou de hace ocho días, no tardaron en salir noticias que hablaban del posible interés de los dirigentes del Real Betis Balompié en renovarle el contrato a Quique Setién y su cuerpo técnico para prolongar su estancia en la entidad verdiblanca más allá de junio de 2020. Sinceramente, esa renovación la veo contraproducente.

Me parece genial y muy beneficioso para el club que los que mandan tengan plena confianza en la manera de trabajar del entrenador cántabro, pero creo que es precipitado hablar de una ampliación del contrato que le une al equipo verdiblanco. Para empezar porque, de momento, el objetivo deportivo de esta temporada no se está cumpliendo y no podemos saber si se cumplirá o no, como tampoco podemos adivinar hasta dónde conseguirá llegar el Real Betis en la Copa del Rey y en la Europa League.

Lo más sensato es dejar trabajar a Quique Setién con tranquilidad, mostrándole todo el apoyo del mundo y siendo optimistas con la consecución de los objetivos propuestos. Hace un par de semanas las críticas hacia el técnico bético eran numerosas y justificadas por el mal juego del equipo y los resultados decepcionantes obtenidos. Hemos de confiar en que el rumbo empezó a cambiar en Barcelona y que el trabajo del cuerpo técnico empezará a dar sus frutos de manera regular.

Pero hasta que no veamos si la dinámica de juego y resultados es positiva, me parece una temeridad plantearse la renovación del entrenador. Sería hipotecarse en balde. Ojala que a final de la temporada Ángel Haro, José Miguel López Catalán y Lorenzo Serra Ferrer tengan argumentos irrefutables para ofrecerle a Quique Setién una ampliación de contrato. Todos, absolutamente todos, saldríamos ganando. De momento, trabajo y confianza en que el Betis estará en el lugar que le corresponde.

Y tras decir todo esto, hay que contar con un aspecto fundamental e importantísimo: que Quique Setién quiera seguir aquí. Los cantos de sirena desde Barcelona son cada vez más altos y embaucadores. Quizá las prisas por renovarle el contrato estén motivadas por eso. Me da por pensar que la directiva quiere blindar a su entrenador con una cláusula por si el club blaugrana decide venir a por él. Es una simple conjetura mía, pero no la veo descabellada.