Pablo Caballero Payán @pablocpayan Tras casi dos semanas de espera, por fin el sábado vuelve a jugar el Real Betis Balompié. Lejana en el tiempo queda ya la feliz noche del 2 de septiembre y no podemos recrearnos en la alegría porque se avecinan vientres frenéticos días en los que el club verdiblanco tendrá que disputar siete partidos: dos la Europa League y cinco de Liga.

Esta sucesión de encuentros serán una buena vara de medir para muchos aspectos del equipo bético. Podremos evaluar la profundidad de la plantilla y si los teóricos suplentes están a la altura y cómo se maneja Setién y su cuerpo técnico a la hora de rotar y afrontar todos los partidos con garantías y con alineaciones competitivas. Evidentemente, a principios de octubre no podremos sacar conclusiones definitivas, pero si tendremos una idea de por donde pueden ir los tiros del Betis esta temporada.

De momento, lo primordial es lograr la segunda victoria de la temporada. El Valencia no ha empezado bien la competición liguera y, aun siendo demasiado pronto, tiene urgencias por ganar. El Betis puede aprovechar esa necesidad valencianista para sacar algo positivo de Mestalla, en un partido que se presentará abierto.

No creo que Marcelino plantee un encuentro tosco, defensivo y con su equipo encerrado. Los de Setién deben sacar partida de los espacios que les dejen los locales. Después el partido puede tomar otros derroteros y no ser así, pero si los verdiblancos compiten con intensidad, con paciencia e inteligencia, podemos llevarnos una alegría.

Luego llegará el viaje a Grecia para enfrentarnos al Olympiacos, iniciándose ese día tres jueves y domingos con partidos de forma consecutiva. Algunos pueden agobiarse con tanto encuentro, pero yo estoy encantado de que así sea. Confiemos en el trabajo de Setién y en la calidad de la plantilla para que los sueños y la ilusión reinante sigan intactas.

FOTO: Juan Carlos Muñoz (DIARIO DE SEVILLA)