JJ Barquin @barquin_julio La publicidad y el marketing son herramientas esenciales para crear y mejorar la relación de una marca o producto con sus potenciales clientes. Están para estimular, para provocar o para emocionar. En definitiva, para vender. En el Betis no hacen falta. El bético es un cliente fiel, el mejor prescriptor de la marca de las trece barras.

La campaña presentada ayer sirve como pistoletazo de salida para saber lo que costará el abono y ver las fechas para posibles opciones de cambio de localidad o modalidades de entrada al campo. Y sirve para sentir el Betis como grupo, para compartir sensaciones, experiencias y vivencias personales. Las redes sociales así lo confirmaban ayer.

El sport de la campaña de abonos 2018/2019 es una bonita historia, un bonito reconocimiento a los canteranos, que son el reflejo de cualquier aficionado en el campo, y a las madres, por ser el amor más profundo, sincero y definitivo que existe en la vida. Eso es el Betis. Fidelidad infinita, creencia ciega, amor eterno.

El spot es un excelente reconocimiento a una afición diferente, particular y única. Una afición que con muy poco se conforma, aunque lo espera todo de su equipo, como cualquier madre con su hijo. Una afición que saborea los éxitos y digiere las derrotas, como cualquier madre enseña a su hijo a saber que la vida es un compendio de alegrías y sufrimientos. Una afición que se siente como una gran familia, que comparte un sentimiento profundo e inexplicable por las trece barras.

El Betis está presente en nuestras vidas desde que tenemos uso de razón. No somos capaces de comprender la vida sin él. Es una necesidad vital. Un sentimiento de pertenencia sublime, que nos permite transitar de otra manera por la vida. El Domingo es otro, si juega el Betis. La vida es otra con el Betis.

Hace cuatro años, en un viaje por la vecina Portugal, visité el impresionante Monasterio de Batalha con mi pareja. Nos sentamos para contemplar su majestuoso interior y en un momento de reflexión, solté una frase con la que estuvo todo el día riéndose sin parar. Hablando sobre la muerte, le dije que mi mayor preocupación, cuando terminase mi periplo por la tierra, era no saber cómo había quedado el Betis cada Domingo. Así somos, así lo vivimos. Qué le vamos a hacer.

PD.: En un día de grandes emociones por el spot, no debemos olvidar otra gran noticia para el beticismo. El Betis saldrá del concurso de acreedores de manera definitiva en 2019. Se cierra una puerta abierta por el infame dictador de la calle Jabugo.