JJ Barquín @barquin_julio Aprovechando el descanso del bolo veraniego contra el Vitória de Setubal, los medios oficiales del club ofrecían la noticia. El Real Betis anunciaba el nombramiento de Luis Oliver Sierra como consejero del club, cumpliendo con uno de los términos pactados en el acuerdo de opción de compra de las acciones del club a Bitton Sport.

Supongo que se hizo de esa manera para no airear mucho el tema, que pasara lo más desapercibido posible. Es un síntoma. No gusta anunciar algo que suena a imposición o compromiso. Pero en un mundo intercomunicado, nada pasa inadvertido. Y como no podía ser de otra manera, las redes sociales comenzaron a echar humo por la noticia.

Muchos aprovechaban para dar cera al actual consejo por meter en el gallinero a una persona que es hijo de un supuesto empresario que llevo a la ruina a Cartagena y Xerez. Ese es el principal problema con el que se ha encontrado Haro y Catalán a la hora de comandar la nave verdiblanca, la herencia de Lopera.

Lo que esos muchos olvidan es que Oliver está en el Villamarín porque el dictador de Jabugo lo trajo de la mano cuando vio que la cosa se ponía fea. Esa fue la herencia –además de 90 millones de deuda- que dejó quien tanto quería a su club. Cuando era el emperador de la Palmera se vanagloriaba de señalar que dejaría el Betis a los béticos.

Pero al final intentó juguetear con otro mafioso y el tema le salió rana. Oliver se vino arriba, acertó con algunos fichajes (Momo, Salva Sevilla, Jorge Molina, Belenguer, Rubén Castro y Dorado) y se le subió a las barbas. Entró de cabo raso y se creyó Comandante en Jefe. Y de aquellos polvos, vienen estos lodos.

Reconozco que ese pacto de Haro y Catalán con Lopera/Oliver no me gustó y lo critique, pues se ha luchado mucho para dejar de nadar en la orilla. Ya veremos las consecuencias con el paso del tiempo. Pero una vez cerrado, nada más que queda cumplir con lo pactado y seguir adelante. Además, ya lo dijo Vito Corleone, “ten a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca”.