JJ Barquín @barquin_julio Marc Muniesa. Lloret de Mar. 24 años. Su mejor aval es haber salido de la cantera del FC Barcelona aunque solamente estuvo en la primera plantilla dos temporadas, jugando cuatro con el Barsa B. En esas seis temporadas (2008/2013) participó en 81 partidos, marcando 4 goles. En el Stoke City lleva tres temporadas, habiendo participado en 36 partidos y anotado dos goles. Esta temporada no cuenta para el mítico delantero británico, Mark Hughes y su participación se reduce a tres partidos.

Muniesa tiene una edad que le permite un margen de mejora indudable pero me pregunto si es un jugador para que el Real Betis esté casi suplicando por su fichaje. Se ha hablado y escrito tanto desde que salió su nombre a la palestra informativa que los béticos nos hemos ido ilusionando. Es una de nuestras características como afición, entrar en ese estado de absoluta creencia en lo que vendrá, de anhelo, de máxima ilusión ante el futuro. Supongo que somos así porque, entre otras cosas, el verde es el reflejo de la esperanza. Pero viendo su curriculum, uno se viene abajo y no entiende tanto interés en el jugador.

Llegados a este punto me viene a la mente un nombre: Heiko Westermann. Creo que fue un jugador que cumplió con creces cada vez que fue utilizado el año pasado y podría haber sido un suplente de lujo para momentos complicados como el que estamos pasando en la actualidad. Además con su experiencia podría haber ayudado en el césped a jugadores como Mandi, Pezella o José Carlos. Y duele pensar que el club lo descartó por esa maldita ley de los actuales entrenadores de fútbol que dice que se descarta a quien no se conoce. Poyet y Torrecilla llegaron y lo señalaron como hicieron con N`Diaye, que también podría haber servido y mucho en estos momentos donde los lesionados nos salen por las orejas. Con el alemán se podría haber suplido la permanencia de Mandi en la Copa de África y se podía haber destinado el dinero a comprar la calidad que le falta a esta plantilla. Y además nos habríamos ahorrado suplicar a un equipo mediocre de la Premier por un jugador normal y corriente.