Pablo Caballero Payán @pablocpayan

¿Invitan los actuales números del Betis al optimismo que venden desde el club? ¿Hemos de estar los béticos tranquilos ante la situación deportiva actual? ¿Hay motivos contundentes para pensar que se logrará el objetivo marcado? Mi respuesta a las tres cuestiones es clara: rotundamente no.

La entidad de Heliópolis configuró un proyecto para quedar entre los diez primeros clasificados de Primera División. A día de hoy, una vez terminada la jornada 14, se encuentra más cerca de los puestos de descenso (a tres puntos) que del décimo lugar (a cinco puntos) Evidentemente, no todo está perdido y no vamos a hacer un drama del panorama actual, pero bien harían los directivos del Betis en mantener todas las alarmas encendidas en lugar de mostrar la confianza ciega que desbordan en cada intervención ante los medios.

Sabiendo que cada temporada es distinta y te condicionan una serie de aspectos que no son comparables con otras Ligas disputadas, vamos a comparar los números que tiene el Betis tras catorce partidos con los que tenía tras las mismas jornadas en 4 campañas significativas: tres acabaron con el equipo descendiendo y la otra es la última disputada.

En la 1999/2000, con Griguol al frente de los verdiblancos, el equipo bético era 9º, con 20 puntos en su haber, que le permitían estar a 5 puntos del descenso; en la 2008/2009 el entrenador era Paco Chaparro, y tenía al Betis también a 5 puntos del descenso, clasificado en décima posición con 18 puntos sumados; en la nefasta 2013/2014, los de Pepe Mel lograron en las 14 jornadas disputadas tan solo 9 puntos, siendo el equipo farolillo rojo, con la salvación a 3 puntos. Y en la pasada campaña, también con el madrileño como entrenador, el Betis había logrado 19 puntos, contaba con una ventaja de 8 puntos sobre el descenso y ocupaba el puesto número 11 en la Liga.

Así que, haciendo una simple y sencilla comparación, la situación de hoy solo esta mejor que la del peor Betis de la historia. Sí, solo son números, pero, o para Víctor Sánchez del Amo la sangría defensiva que sufre el equipo, o mucho me temo que en mayo vamos a estar lamentando un nuevo desastre deportivo. Así que, por favor, no nos vendan más optimismo y pónganse manos a la obra, que hay mucho trabajo por delante.