Sevilla FC 2 (Ocampos de penalti y Fernando) – Real Betis Balompié 0

Pablo Caballero Payán @pablocpayan El Betis ha perdido el derbi sevillano con total merecimiento al ser muy inferior al eterno rival. En ningún momento del partido fue capaz de imponerse y el Sevilla, sin hacer nada del otro mundo, venció con claridad y comodidad, eso si, ayudado por el Mateu Lahoz al señalar un penalti inexistente que dio lugar al 1-0.

La lectura del partido es bastante fácil: lo locales impusieron su criterio, su físico y su calidad en odas las parcelas del juego y jamás pasaron apuros. Vencieron merecidamente y encima contaron con la ayuda arbitral (inestimable y decisiva) para abrir la lata. El partido del Betis fue lamentable, errático y a pesar del error de Mateu la pinta que tenía es que se habría perdido de cualquiera de las maneras posibles. Visto lo visto desde el minuto uno era cuestión de tiempo que el Sevilla lograra adelantarse en el marcador. Lo que pasa es que fastidia que lo haga con una decisión equivocada del árbitro.

Los tres meses de parón no han hecho otra cosa que confirmar lo que habíamos visto en los anteriores meses de competición: que el Betis es un equipo con un sistema defensivo patético, mal trabajado desde el banquillo y sin un patrón de juego establecido. El conjunto de Rubi ha vivido de los chispazos de calidad de sus jugadores importantes y poco más. Así es imposible pretender aspirar a cosas importantes. La decepción es enorme y el futuro inmediato poco esperanzador.

Ojalá que pase cuanto antes este frenético final de temporada y desde la dirección del club tomen la decisión de despedir a un entrenador que solo ha demostrado cosas negativas desde su llegada a Heliópolis. El fracaso de temporada es indiscutible y absoluto y no se pueden poner ni excusas ni paños calientes. Es hora de tomar decisiones importantes sin demora.

Lo mejor: nada de nada.

Lo peor: todo, absolutamente todo.

Así jugaron:

Desde el primer al último jugador de los dieciséis que han participado les doy un suspenso rotundo. Así de simple y triste.