Pablo Caballero Payán @pablocapayan La vida te cambia en un instante y te pone retos que jamás habías pensado afrontar. La manera de hacer frente a los contratiempos es fundamental para seguir adelante y el estado de ánimo es vital para decantar la balanza del lado que deseas. La adversidad también te enseña a valorar lo que de verdad importa, lo que es verdaderamente imprescindible para vivir y a darle a cada cosa su espacio, su tiempo y su importancia.

Todo lo expresado en el primer párrafo me condiciona para analizar y para sentir la actualidad del Real Betis Balompié. No me dejo llevar por las malas intenciones de una prensa cada vez más cínica, hipócrita, interesada, falaz y partidista. Tampoco les hago caso a los béticos que insultan, menosprecian e incluso amenazan a directivos y jugadores, creando en las redes sociales un caldo de cultivo vomitivo y descorazonador. Hay gente que parece que le va la vida en ello y no lo entiendo.

Intento ver todo desde un punto positivo y optimista. Esto es nuevo para mí, que siempre había hecho gala de los beneficios del pesimismo, utilizando muchas veces una frase de Mario Benedetti que decía que un pesimista es sólo un optimista bien informado. Ahora prefiero ver las cosas de una manera más grata, pensando convencido que todo va a salir de lujo y teniendo siempre esperanza, que para eso viste de verde.

Por eso no entiendo los que vaticinaron el apocalipsis en verdiblanco cuando se marcharon Setién y Serra. Decía Antonio Machado que todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, y el Betis y los béticos tenemos que seguir caminando, por supuesto, juntos, apiñados como balas de cañón, para lo bueno y para lo malo, para disfrutar y celebrar victorias y para protestar cuando sea conveniente, pero siempre en su justa medida y con respeto y elegancia.

Así que, a 10 de julio, permítanme que me muestre tranquilo, esperanzado y con la confianza necesaria para creer que esta temporada vamos a disfrutar con nuestro equipo. Intenten ser felices, no se metan en absurdas guerras y confrontaciones que no aportan beneficios y tomen conciencia de lo privilegiado que somos los que sentimos en verdiblanco. El Betis es lo más parecido a la vida, con sus pros y sus contras, con sus momentos difíciles y con sus bellos episodios felices.