Real Betis 1 (Lo Celso) – Stade Rennes 3 (Bensebaini, Hunou y Niang)

JJ Barquín @barquin_julio Noche aciaga para el beticismo que vio como el equipo perdía con estrépito ante los galos del Rennes. Mala imagen la ofrecida por los hombres de Setién que mostraron siempre una incapacidad absoluta para poder superar una eliminatoria que se puso cuesta arriba pronto. Golpe duro cuando todavía faltan muchos partidos para terminar la temporada y las sensaciones que transmite el equipo no son las mejores. Habrá que levantare y seguir luchando mucho para volver a conseguir plaza europea.

El equipo bretón comenzo muy fuerte, presionando con ahínco y no dejando pensar a los hombres de Setién. Cada balón dividido era siempre para los rojinegros y el Betis daba la sensación de no estar en el partido, de no tener la tensión necesaria para afrontar un encuentro tan importante. Solamente algunos detalles de Jese y las arrancadas de Canales abrían una esperanza a que la situación cambiará.

Pero en ocho minutos, el desastre se consumó gracias a un cabezazo y a un error defensivo en cadena. En dos zarpazos los franceses ponían muy complicada la eliminatoria. El golpe fue tremendo pues el Betis se fue casi diez minutos del partido. En ese tiempo se vio un equipo impreciso, sin facilidad para circular el balón y muy atascado, tras la tela de araña que puso en el centro del campo Julien Stéphan. Antes del descanso, una buena triangulación concluyó con el remate del mejor delantero que tiene ahora mismo el equipo, lo que habla de la planificación y las lecturas que han realizado el cuerpo técnico.

Una leve esperanza se abría para recapacitar y pensar soluciones en el descanso. Pero la segunda parte fue un quiero y no puedo de los verdiblancos. Muchas imprecisiones, centros horrorosos, poca profundidad y demasiada precipitación hicieron que las opciones se fueran desvaneciendo como un azucarillo. Además, desde el minuto sesenta y cinco, el equipo evidenció un bajón físico tremendo que fue haciendo más fácil la labor defensiva de los bretones.

Lo mejor: La movilidad de Canales hasta que le duró la gasolina y las ganas de hacer cosas de Jesé.

Lo peor: La incapacidad del equipo y la sensación de estar al borde del colapso físico.

Foto: ABC