JJ Barquín @barquin_julio Seguimos en progresión. Que siga la fiesta. Que dure todo lo que sea posible. El equipo está en un momento dulce y debemos disfrutarlo. Todos menos aquellos que siguen empeñados en vivir esa fiesta del fútbol como una clase magistral de crítica continua y desaforada. Son las plañideras del fútbol. Son una carga en el Villamarín porque contagian mal rollo y ocasionan momentos muy injustos.

Momentos como los vividos ayer por Wilfrid Kaptoum en su debut liguero, tras disfrutar de minutos en la Copa del Rey y en la UEFA Europa League. Primeros compases, primeras intervenciones y el continuo runrún en la grada. Es verdad que comenzó dubitativo y algo desubicado, pero entra dentro de lo previsible en un chico de 22 años que no tiene experiencia en la élite del balompié y que se enfrenta a un equipo lleno de hienas que muerden desde el inicio.

Pero según pasaban los minutos Kaptoum comenzó a demostrar por qué Quique Setién ha dicho que “es un chaval que tenemos mucha fe en él. Tiene unas condiciones extraordinarias. Con confianza dará muchas cosas”. Palabra de Setién, que de esto sabe un poquito. De hecho, el camerunés se marcó una gran segunda parte y dejó detalles de lo gran futbolista que puede ser en un futuro. Detalles que, para que lo sepan todos esos amargados profesionales, encandilaron a Luis Enrique y le hicieron debutar incluso en Champions contra el Bayer Leverkusen.

Siempre me pregunto si tan ineptos y obtusos son esos aficionados como para no entender que se necesitan muchos minutos de fútbol para que un jugador tenga la confianza suficiente para demostrar todo lo que lleva dentro. Una confianza, la de la grada, que es necesaria para atreverse a hacer cosas, además de la que le ofrece el cuerpo técnico para que lo intente y muestre lo que quiere de él.

Con la experiencia vivida con Francis, al que se ha castigado duramente, deberían reflexionar sobre su comportamiento. Por eso se puso Setién como se puso y los mandó allí donde pastan las vacas. Lo que yo también habría hecho, en un momento de tensión, si ves las condiciones de un chaval y piensas que todo se puede truncar por esos cientos de entrenadores del Fifa que hay en el campo.

En su Twitter, Kaptoum dejaba un mensaje donde terminaba diciendo que había sido uno de los mejores días de su vida. Solamente te puedo asegurar Wilfrid, que también lo fue para mí, por ver cómo un chaval cumplía su sueño de hacer un gran partido en una de las ligas más fuertes del mundo y frente a uno de los rivales más incómodos del mundo. Enhorabuena chaval. A seguir dando pasos para seguir cumpliendo sueños.

Foto: AS