Pablo Caballero Payán @pablocpayan Voy a escribir sobre la marcha de Rubén Castro al Guizhou Hengfeng Zhicheng chino. Quizá haya sido el último servicio del delantero canario al club de las trece barras verdiblancas. Personalmente, le agradezco la decisión que ha tomado. Me explico.

Aunque quiera centrarme exclusivamente en el tema futbolístico, es imposible obviar la causa judicial que tiene abierta Rubén por, presuntamente, maltratar a su ex pareja. El juicio se celebró hace casi dos meses y está a la espera de la publicación de la sentencia. Y creo que ese es el principal motivo de la marcha del máximo goleador de la historia del Real Betis Balompié hacia China.

Supongo que Rubén Castro y su entorno contemplan una sentencia desfavorable para sus intereses y que, en ese caso, recurrirán el fallo judicial. Pienso que el delantero ha creído oportuno poner tierra de por medio para estar aislado de todo el jaleo que se producirá. Y eso, estando en la plantilla del Betis, iba a afectar negativamente al club de Heliópolis.

Por eso pienso que este periplo de cesión en China hasta diciembre puede ser positivo. Cuando llegue 2018 veremos en que situación extradeportiva está Rubén y si regresa para despedirse sobre el césped del Benito Villamarín, que es lo que realmente se merece el canario. No creo que exista un solo bético que ponga en duda el rendimiento, la implicación y la importancia de Rubén Castro para con el Real Betis Balompié desde su llegada hace siete años.

Gloria eterna para Rubén por su brillante trayectoria. Gracias infinitas al futbolista, que se ha ganado mi admiración a base de goles y defendiendo a capa y espada la camiseta verdiblanca. Suerte en China. De lo otro, cuando llegue el momento, escribiré sin ningún tipo de dudas.