JJ Barquín @barquin_julio Golpe de efecto de Haro y Catalán con el fichaje de Lorenzo Serra Ferrer. Han sido hábiles para desviar la atención ante las noticias que surgen de la candidatura de Rafael Salas. Puede que sea hasta bueno que uno de los hombres fuerte de Béticos por el Villamarín haya dado el paso hacia la presidencia, pues está poniendo las pilas a los actuales gestores.

Serra Ferrer ha sido el mejor entrenador del club en su historia. Es un dato objetivo y constatado. El mallorquín construyo una época dorada gracias a contar con buenos jugadores, a coincidir con un momento dulce de la cantera y a implantar una fórmula sencilla: trabajo, esfuerzo y disciplina. Además, el de Sa Pobla se impregnó del sentimiento y de los valores del beticismo y supo comprender lo que significa el manque pierda para trasladarlo a todos los rincones del mundo. En definitiva, se hizo bético de por vida aunque después muchos le llamarán Judas por firmar con el Barcelona. Pero es humano querer progresar y más si a la puerta llama un gigante como el Barsa, aunque sea como director del fútbol base de toda la entidad.

Aún así como los béticos somos muy dados a idealizar, a elevar a los altares, habría que recordar que no todo lo que ha hecho el mallorquín ha sido un éxito. Su paso como técnico del primer equipo del Barcelona fue un gran fracaso, pues tras el gasto de una millonada por parte de Joan Gaspart para reforzar el equipo, Serra no dio la talla. Fue eliminado de la liga de campeones en la liguilla previa y cesado dos meses antes de terminar la liga cuando se encontraba quinto a 17 puntos del Real Madrid. Tras segundo y éxitoso paso por el Betis, Serra volvió a pinchar con el AEK Atenas FC ya que no consiguió lograr los obejtivos para los que fue contratado.

Su vuelta a Mallorca como máximo accionista también ha sido convulsa y muy gris. En Julio de 2010, al frente de un grupo en el que formaban parte el exconseller de Turismo, Jaume Cladera y una representación de la familia Nadal, se hacía con la mayoría accionarial del Mallorca, dando inicio a un cuatrienio que supuso más problemas que alegrías para el mallorquín. En ese periodo se enemistó con la familia Nadal, tuvo graves enfrentamientos con Michael Laudrup y llevó al Mallorca a segunda en 2013, tras estar 16 años consecutivos en la máxima categoría.

Con todo esto, lo que quiero transmitir es cordura y sensatez a todos para que dejemos atrás la euforia y frenemos algo la embriaguez a la que nos ha llevado la tercera llegada de Serra Ferrer. Muchos han comenzado a verlo como un salvador y estaríamos equivocados si vamos por ese camino. Serra es una pieza que puede ser muy útil y que debe aportar sus conocimientos, que son muchos, en el mundo del fútbol, además de su forma de entender el Betis y transmitir valores como compromiso, voluntad, orden y disciplina. Pero Serra, Torrecilla y el entrenador que venga no podrán hacer nada si no somos capaces de poner mucha calidad sobre el césped. Hay que gastarse dinero y ponerlo en el tapiz del Villamarín. Lo demás son cantos de sirena para perpetuarse en el poder.

Foto: Real Betis Balompié