JJ Barquín @barquin_julio Hace poco les comenté a mis compañeros de Sentir Bético que, tras un periodo largo de reflexión, pensaba que iba a ser difícil que volviera a escribir en esta querida página. Me equivoqué, como tantas veces en mi vida. Quedaba un último artículo para despedirme. El que estáis leyendo. Lo escribo con cierta tristeza, pero con la convicción de que estoy haciendo lo que me pide el corazón, pero, sobre todo, la mente.

El trabajo y otras cuestiones personales me quitan mucho tiempo y cada vez me costaba encontrar un momento para dedicarle tiempo a Sentir Bético. Pero también otra cuestión ha incidido de manera sobresaliente en la decisión de no volver a escribir en mi página. Termino aquí casi 17 años de entrega y dedicación a un blog que me ha dado muchas alegrías y momentos inolvidables.

Como decía antes, llevo tiempo analizando y reflexionando sobre los muchos aspectos que rodean a este deporte del balompié y lo que veo no me gusta absolutamente nada. Tanto me desagrada lo que jornada a jornada observo que hace unos meses que decidí dejar de seguir la liga española y no prestar atención a nada que tenga que ver con el fútbol español. Ni noticias, programas radiofónicos, noticieros de televisión y redes sociales. No quiero seguir prestando ni un minuto más a una competición enferma, manipulada y podrida.

Y he llegado a esta conclusión porque el estado de putrefacción del futbol patrio es desolador. Y, de un tiempo a esta parte, la obscenidad es tan clara y manifiesta que se ríen en nuestras propias caras. La puntilla ha sido el VAR. La herramienta que iba a ser esencial para otorgar la justicia definitiva al fútbol se ha convertido en el instrumento que demuestra claramente que la mafia arbitral y estamental del fútbol -Liga, Federación- son la unión perfecta para seguir con sus planes de beneficiar los intereses de los dos grandes. Por esa razón, no me interesa ni me compensa seguir siendo participe de una torneo nauseabundo y corrompido.

El tinglado está montado para beneficiar a dos equipos y lo demás no interesa. Ya lo dijo Tebas cuando declaró que “a la Liga lo que le interesa es que Real Madrid y FC Barcelona estén arriba”. Más claro, agua. Una competición sin justicia, sin igualdad no merece la pena. Por si fuera poco, todos hemos visto como se gestiona el reparto de ingresos televisivos, la remuneración en la Supercopa, las comisiones desorbitadas, los trapicheos del presidente de la Federación, la absoluta y denigrante parcialidad del presidente del Comité de Árbitros, junto al desprecio absoluto a los aficionados con torneos fuera del país. Todo esto componen un espectáculo intolerable e insoportable.

Algunos pensarán que es un mosqueo por las barrabasadas que se están cometiendo contra el Betis, pero uno ya tiene la suficiente edad para ver las cosas con bastante objetividad y saber que también se están cometiendo muchas injusticias con otros equipos. Tengo la sensación de que mi opinión no es algo personal, sino que cada vez más aficionados empiezan a estar asqueados por todo este circo económico y de intereses que se disfraza de deporte.

Y como a uno le gusta el fútbol, gracias a mi suscripción con una plataforma, cada vez soy fan de la Premier y cada jornada me divierto viendo partidos con una tremenda intensidad física, con un juego viril pero noble y con una velocidad de transiciones electrizante y tremendamente vistosa.

En este momento, solamente me queda agarrarme a las trece barras y seguir al equipo de mi vida para disfrutar de sus éxitos y sufrir con sus derrotas. El Betis estará siempre por encima de todo este conglomerado de intereses y con tenerlo en el corazón siempre, es y será suficiente. No me hace falta nada más.

Un abrazo fuerte a todos los que alguna vez me leyeron, una sincera disculpa a los que se pudieron molestar con mis opiniones y, sobre todo, cariño eterno a mis compañeros de página con los que siempre tendré ese aroma de recuerdo a sentir bético que nunca se borrará de mi mente y, sobre todo, de mi corazón.