JJ Barquín @barquin_julio El 25 de junio de 2018, el periódico La Voz de Asturias publicaba una noticia. Según el tabloide The Sun, El Liverpool estaba interesado en fichar a Dani Martín. Para la prensa británica, el club inglés lo tenía en su agenda como “un portero de gran futuro”. Su actuación en Copa del Rey, tras la oportunidad brindada por su entrenador Paco Herrera, además de su aportación a la selección sub-17 en esas fechas, lo situaban como un jugador a vigilar en el mercado.

Hace un año, Nacho Pérez -periodista de La Voz- lo describía como un “portero con mucho futuro ha despachado una campaña sobresaliente en el filial. Ha demostrado en las dos últimas temporadas una evolución magnífica y es la gran esperanza para convertirse en el guardián de la portería del Sporting en un futuro no muy lejano. Titular indiscutible bajo las órdenes de Jose Alberto, quién le conocía perfectamente del juvenil, disputó 30 partidos esta campaña. Al encajar únicamente 14 goles le convirtieron en el portero menos goleado del Grupo 2 de Tercera División. Además, fue clave en los play-offs de ascenso, donde despachó unas actuaciones soberbias que sin duda contribuyeron al ascenso del filial. Internacional sub-17 y sub-19”.

Pues bien, ha bastado que surgiera su nombre y finalmente fichará por el Real Betis, para que comiencen a salir a la palestra los opinadores amargados de la red. Un espacio que se ha convertido en un vertedero de resentidos. Me refiero a ese rebaño de indocumentados desinformados que no tienen otra cosa que hacer y que se pasan el día criticando y menospreciando el trabajo de los profesionales. Seguramente, ni saben de la trayectoria del chaval ni lo han visto un solo minuto, pero se tiran a la arena de la opinión para despotricar con argumentos estúpidos y falaces. Ni siquiera tienen un mínimo de sensatez para dar tiempo al tiempo y ver qué resultado tiene la operación.

Que si el dinero, que si la juventud, que si la inexperiencia, que si el crecimiento. Y así hasta donde ustedes no pueden imaginar. Tienen un aspecto a valorar: la imaginación que disponen para presentar argumentos y contradecir a los que han trabajado y valorado el fichaje, a los que realmente saben de fútbol.  Anquilosados en el rencor y la ignominia, son incapaces de pensar en positivo, en apoyar al chaval, en mandar buen rollo y positividad para que siga creciendo en nuestro club. No son béticos. Son los atormentados profesionales. Para todos ellos mi repulsa y desaprobación absoluta.