JJ Barquín @barquin_julio Si fuera por muchos, Setién estaría ya muy lejos de la ciudad del Guadalquivir. Tengo la sensación de que, para una buena parte de la afición del club, el cántabro está sentenciado haga lo que haga, diga lo que diga. Y en eso, en lo de hablar, Setién no se calla y dice verdades como templos. Es sincero como la gente que va de cara, de frente.

Nada que esconder. Nada de vender humo, de agradar a la parroquia. De eso sabía mucho el escritor. Ayer en declaraciones a Andalucía Televisión lo dijo claramente: “No vale ganar de cualquier manera. Tenemos un compromiso con el fútbol importante. Hay muchos béticos que no disfrutan del juego de su equipo. Solo quieren ver ganar a su equipo”. Yo añadiría, que no disfrutan ni ganando.

Setién tiene clara su idea, su visión, su manera de entender el fútbol y la defiende con vehemencia. Donde sea y a la hora que sea. Muchos estarán coléricos, indignados por las palabras del técnico. Se estarán subiendo por las paredes porque el diablo, en modo míster, les ha contestado, les ha cantado las cuarenta. Pero es que les ha dicho las verdades del barquero a todos los que despotrican contra él y su planteamiento futbolístico.

Unos aficionados que como dice mi conocida tuitera Rocío, “no disfrutan ni aunque les toque el Euromillón”. Aficionados que se han vuelto exigentes y desmemoriados pues no recordarán que hace muy poco tiempo jugábamos de puta pena y en campos de segunda contra filiales como el Barca B. Eran tiempos de pelotazo, de quitársela de encima como fuera, de un fútbol tosco y poco seductor. Pero muchos tampoco recuerdan que ese fútbol siguió cuando se ascendió a primera y lo hemos sufrido hasta hace poco.

El problema creo que es que no son capaces de separar el resultado del juego. Una cosa es el marcador final y otro el concepto, el planteamiento, la propuesta. Con cualquier entrenador se puede ganar o perder, pues como dice el propio Setién “nadie puede controlar todo en el fútbol”, pero el ofrecimiento futbolístico que estamos teniendo con Setién es sugestivo y vistoso. Y, además, con resultados, aunque muchos los minimicen.

Y, aunque Serra tiene mucha culpa de los jugadores que estamos disfrutando, pocos le otorgan a Setién parte de esa cuota de responsabilidad en la llegada de esos futbolistas que vienen por el juego que se propone. Y, por último, recuerden que la prensa biri de la ciudad no quiere a Setién. Por algo será.