Pablo Caballero Payán @pablocpayan Estos parones en la competición liguera no los aguanto. Prefiero los nervios y la tensión de las semanas con tres partidos y ver como evoluciona el Betis de Setién en los terrenos de juego. Es una evidencia el crecimiento deportivo de los verdiblancos desde que el técnico cántabro se hiciera cargo del banquillo de Heliópolis. Pero hoy voy a escribir de otros crecimientos que son necesarios recordar.

Además pasa que para que ese crecimiento se refleje en el césped debe ir unido a crecimientos en otras parcelas, como la institucional y la social. En lo que se refiere a la salud del club es notorio que la entidad presidida por Ángel Haro goza de unas magnificas constantes vitales. Decía Pepe Mel hace un par de días en una entrevista que en su primera época como entrenador del Betis era una odisea conseguir dinero para pagar el viaje a Tenerife para jugar en el Heliodoro Rodríguez López.

Eso ahora es impensable porque las cuentas del club están saneadas. Lejos queda la Ley Concursal, las deudas y tener en el día a día más trampas que el bosque de Sherwood. El Betis es hoy una entidad moderna, adaptada a las necesidades del actual mundo del fútbol. Buena muestra de ello es la culminación del Gol Sur del Benito Villamarín y otros proyectos en mente como la nueva Ciudad Deportiva o terminar de construir el estadio.

Y otro ámbito importante donde se refleja el crecimiento del Real Betis es en la dimensión social que está adquiriendo el club. De todos es sabido que el equipo bético tiene una fiel infantería que lo sigue allá por donde vaya. Y eso ahora se refleja también en las redes sociales y canales como YouTube. El Betis ha sido el séptimo equipo del mundo en visualizaciones en este portal cibernético durante el mes de septiembre. Esa misma posición la ocupó en mayo, siendo su mejor resultado hasta la fecha el cuarto puesto logrado en marzo.

Debemos tomar conciencia de cómo estábamos hace unos años y cómo estamos ahora. En todos y cada uno de los aspectos hemos crecido. Hay que saber canalizar este crecimiento para que sea una cosa cotidiana. Hemos de acostumbrarnos a las alturas pero con los pies en el suelo, para no tener vértigo y poder sobrevivir mucho tiempo en las cotas altas del fútbol de élite.