JJ Barquín @barquin_julio Dije hace unos meses que no iba a escribir más sobre el personaje más funesto que ha pasado por La Palmera. Y así va a ser. Ni lo nombraré. Pero se hace necesario valorar la sentencia conocida la semana pasada. Sobre todo, para aclarar alguna cosilla a los que han sacado pecho para seguir dorando la píldora a su particular y cutre Ayatola del Fontanal.

Para muchos, el inquisidor ha salido airoso del contencioso que lo ha tenido por los juzgados unos pocos de años. Obviamente, son seguidores, admiradores del dictador del Fontanal. Los que le han adorado durante su penosa y ruinosa trayectoria en el club, riéndole las gracias y aplaudiendo los tristes y continuos episodios que protagonizaba el peor presidente de la historia del Real Betis.

Y digo el peor porque además de convertir la institución en un chisme continuo y de provocar un desastre económico brutal, fue el primer presidente que engañó de forma deliberada a los béticos. Unos béticos que, gracias al tiempo y a muchos valientes que denunciaron, han terminado conociendo divinamente al personaje y sus sucios y rastreros hábitos con los técnicos, jugadores, trabajadores, representantes, proveedores, aficionados, etc.

A lo que vamos. Hay que dejar claro que el jeque del Fontanal ya fue condenado a ocho años de inhabilitación por llevar al Betis a concurso de acreedores y por no pagar el 31, 38% de las acciones del club que manejaba a su antojo desde el 92. Para que no existan dudas, el juez concluyó que en el periodo donde actúo el Príncipe de la Cutrez “medió un descontrol absoluto, se gastaba más de lo que se podía y sin tener en cuenta para nada el presupuesto anual”. Por si no es poco, el juez lo declara culpable por tres motivos, como son “la mala gestión como causa de la insolvencia; la inexactitud grave en los documentos acompañados” y, para terminar, “la salida fraudulenta de bienes y derechos del patrimonio del club”.

¿Queda claro no? Pues hay más. Con los calores del verano, el trilero de Jabugo vio que la cosa se estaba poniendo bastante fea en el proceso penal con los grupos de oposición y reconoció un delito continuado de apropiación indebida a cambio de una rebaja en la petición de pena, pues se enfrentaba a una multa de 6 millones de indemnización y a 14 años de prisión. Debido al pacto extrajudicial, la Fiscalía rebajo la pena y tras la decisión de Hugo Galera de seguir adelante, la sentencia del juez ha sido absolutoria debido a la debilidad de los argumentos esgrimidos por los abogados de Béticos por el Villamarín.

Llegados a este punto habría que señalar que Hugo Galera debería ser conocido en la historia verdiblanca como el “facilitador”. Le abrió la puerta al jeque de los Hermanos Gómez y se la ha cerrado, dándole una salida decorosa para que vuelva a bajar la ventanilla del coche y hable, por infinitésima vez, de Firnidi, Arfonso o Denirzon.

Lo que nadie debe olvidar es que dejo al club al borde de la desaparición con una deuda de más de 90 millones de euros y con unas estructuras del medioevo. Así que, para los aduladores, pelotas, sumisos, lacayos y palafraneros, el Ayatola de Jabugo no ha ganado nada. En todo caso, quien ha ganado es el Real Betis y los béticos, que tienen por delante un futuro ilusionante y lleno de esperanza.