JJ Barquín @barquin_julio No hay manera. La guerra civil en el Betis sigue su funesto camino. Cada acción que se realiza en el club se reprende por una legión de personajes descabezados que pululan por las redes sociales. La crítica es buena y hasta necesaria, si se hace desde el respeto y bajo un enfoque constructivo. Pero el acoso y derribo constante al que se somete a los rectores del club es masoquismo puro. Derrotismo siniestro.

El episodio que tocó ayer fue la presentación de la campaña de abonos del club. Desde que Ramón Alarcón, director general de negocio del club, comenzará la presentación había que ver los comentarios de los seguidores béticos en la retransmisión en directo a través de Facebook. Insultos, desprecios, ofensas, burlas y un largo sin fin de estupideces que describen a una parte de la afición que parece haber olvidado quiénes somos y de dónde venimos.

A mí personalmente no me ha gustado mucho el spot de Benito Zambrano porque el sentimentalismo barato creo que está muy manido aunque estoy en completa sintonía con el principal valor que transmite: por muy mal que vengan las cosas, el bético siempre se levanta ante la adversidad. Pero entiendo que para gustos los colores. Hay que pensar que simplemente es una herramienta de comunicación más para trasladar al universo mediático que ha comenzado la campaña de abonos. Pero de ese gustar o no gustar al ataque directo y despiadado al consejo de administración va un abismo.

Estamos inmersos en un periodo convulso y sombrío, donde vivimos en la constante decepción. Pero el Betis ha pasado por momentos mucho peores y más prolongados y ha salido airoso por el amor infinito e incondicional de su afición. Si olvidamos eso, creo que olvidamos la historia de este club. Y entonces, comenzaremos a no ser quienes fuimos. Nos transformaremos en otro club más de los muchos que hay por el mundo.

¡¡¡¡¡Viva el Betis manque pierda!!!!!