Villareal C.F. 2 (Trigueros y Soriano) – Real Betis Balompié 0

Nuevo partido lamentable del Betis de Poyet, esta vez ante el Villarreal, que deja al club verdiblanco a tan solo dos puntos de las plazas de descenso y con unas sensaciones nada halagüeñas.

Los de Heliópolis compitieron decentemente hasta el primer gol del rival. Salió el conjunto bético con el mismo once titular que en Navarra hace dos semanas, con Joaquín en la mediapunta y Rubén Castro en el banquillo. Presionó bien y no concedió jugadas de ataque hasta que Trigueros, a los veintiún minutos, se sacó un zapatazo tremendo para poner a su equipo en ventaja y acabar con las opciones béticas. Porque ahí se acabó el partido para el Real Betis.

Ya no le bastaba a los de Poyet con estar ordenados sobre el césped de El Madrigal. Con el marcador en contra, era el momento de pegar un paso adelante, empezar a elaborar jugadas de ataque y darle otra velocidad al partido. Pero este equipo no está para esos trotes. El Betis es un equipo ramplón, sin alma, sin espíritu competitivo y sin amor propio.

La segunda parte fue más de lo mismo, agudizándose los malos síntomas. El Villarreal olió sangre y se fue a por la presa para acabar con ella. Llegó el segundo gol amarillo a los siete minutos de la reanudación con otro chut lejano, que se tragó Adán. Desarbolado por completo, Poyet realizó un triple cambio para intentar revertir la situación. Lo que ocurrió fue que los de Escribá siguieron atacando y que pudieron lograr más goles, de no ser por la falta de acierto de sus delanteros.

De la manera que compite el Real Betis es imposible sacar resultados positivos. El equipo, como el proyecto deportivo, está muerto y acabado. No se a que esperan Haro y Torrecilla para despedir a Gustavo Poyet. El tiempo apremia y urge un vuelco en la situación deportiva de la entidad.

LO MEJOR: que sólo perdió por 2-0

LO PEOR: absolutamente todo.

Pablo Caballero Payán @pablocpayan