Pablo Caballero Payán El Real Betis Balompié celebró ayer su Junta General de Accionistas y, como se preveía, la situación económica del club no pasa por su mejor momento. El mensaje que lanzó José María Pagola, Consejero del Área Económica del club de Heliópolis, anunciando un par de años de austeridad, pondrá al conjunto verdiblanco en una complicada tesitura deportiva.

Y es que, ante la política de pocos gastos que se avecina, la única receta que resulta viable es la de sacar plusvalías con ventas de jugadores, fichar barato o a futbolistas libres de contrato y contar con un cuerpo técnico que sea capaz de mantener una línea de resultados que permita al Real Betis disputar competiciones europeas de manera habitual, para que los ingresos se multipliquen y ayuden a la recuperación y la estabilidad económica del club. Esta receta, sencilla de escribir, tiene un riesgo enorme y supone elevar el nivel de exigencia hasta límites difíciles de alcanzar porque te deja muy poco margen de error. Habrá que, al menos, igualar las buenas posiciones clasificatorias con menos inversiones y asumiendo la salida de jugadores importantes.

Las razones de esta delicada situación tienen dos puntos clave. Por un lado la crisis económica que ha provocado el COVID-19, ineludible para la inmensa mayoría de entidades deportivas. Esa parte se asume como inevitable y tiene poco o nulo margen de crítica hacia la gestión del actual Consejo de Administración. Pero el otro motivo que ha originado estas deficitarias cuentas si tiene varios responsables. Las grandes inversiones que realizó el Real Betis en futbolistas no se acompañaron de resultados óptimos que permitieran al club verdiblanco clasificarse para competiciones europeas, lo que ha supuesto un gran lastre económico. La segunda temporada de Quique Setién al frente del banquillo bético, con Lorenzo Serra Ferrer al mando de la dirección deportiva, y la campaña siguiente, que empezó con Rubi como entrenador y una secretaría técnica comandada por Alexis Trujillo, fueron fracasos rotundos y han condicionado sobremanera en la salud financiera del Betis. Por supuesto, los futbolistas que no rindieron como se esperaba y los directivos de la entidad, con Ángel Haro y José Miguel López Catalán a la cabeza, también son una parte importantísima de la lista de responsables.

Así que ahora toca abrocharse el cinturón fuertemente y confiar en el buen hacer de Manuel Pellegrini y su staff técnico para que siga el Real Betis optando a los puestos nobles de Primera División. Se avecinan tiempos complicados y exigentes que requerirán el apoyo de todos los que conformamos la familia bética. Sirva como ejemplo el bote de remo que venció el pasado sábado en la regata sobre el río Guadalquivir para tomar conciencia de lo que debemos hacer: remar de manera constante, sin titubeos y en la misma dirección.

Foto Principal: Manuel Gómez / sevilla.abc.es