JJ Barquín @barquin_julio El título de este post está escrito por ese orden con toda la intención del mundo. En este fútbol moderno, el orden de los factores si altera el producto. Primero, la mercadotecnia, el negocio, las ventas y la plata. Y cuanto más, mejor. Ya después si hay sitio, vendrán los valores. Todo es dinero, después el fútbol, amigos. Esto viene a demostrar que el fútbol de antes, el romántico, el que usted y yo hemos vivido, que ya calzamos más de los cincuenta, el de los principios ha muerto. Oiga que, si no ha muerto, está para el arrastre. Ustedes ya me entienden. 

Algunos echan las culpas de esta situación a la profesionalización, al avance de los tiempos, a las nuevas técnicas del marketing o a yo no sé qué cosas más. Les estoy contando todo este rollo por la que se ha montado con la primera equipación de nuestro querido club. Y qué quieren que les diga, una cosa es lo que piensa el club y otra muy distinta la opinión de los aficionados. Entre nosotros, todas las opiniones son respetables pues para gustos los colores. A mí, la camiseta no me gusta, no me parece que represente la historia identitaria del club. Pero sin más, tampoco es para hacer un circo o montar dramas y debates estériles, queridos amigos, que para eso ya está este valle de lágrimas -nunca mejor dicho- que nos ha tocado vivir en estos tiempos. 

Pero si hablamos del club, de sus gestores, amigos estamos hablando de algo muy distinto. Ellos, los actuales y los venideros, deben saber que ciertos valores y principios deben ser salvaguardados como aspectos esenciales de la institución. El valor de las trece barras y del peso de la tradición, que nos une a todos sin estridencias, inventos o experimentos. Para respetar todos esos principios que nos unen como grupo está la primera equipación. Y hasta la segunda, diría yo, con esas calzonas negras, que deberían ser parte indeleble de nuestra historia. La tercera es la idónea para dar rienda suelta al diseño, la imaginación y a la creatividad.

El marketing no debe tener en el club más peso que determinados valores identitarios que sirven para afianzar nuestros principios y puntos de unión. Este consejo y los que vengan, deberían trabajar en un Libro de Estilo que sirvan para sentar las bases de lo que se puede y no se puede hacer en algo tan sagrado como la indumentaria del Real Betis Balompié. Las instituciones que saben velar por su pasado, cuidando los detalles y siendo fieles a su historia y a sus recuerdos son las que más perduran en el tiempo.

Foto Principal: realbetisbalompie.es