Reyes Aguilar @oncereyes El Maestro Pellegrini sabe dónde toca, donde está su atril y donde su público, en su orquesta al músico joven le da confianza y al veterano, su sitio. Conoce el lugar donde interpreta su música, se posiciona elegantemente ante los medios con seriedad, infundiendo respeto y profesionalidad, asomando por el azul de sus ojos ese destello verde de esperanza que suena a EuroBetis, sabe lo que representa y lo que defiende.

El 2021 ha sido el año de su inspiración, superando en número de victorias a la temporada anterior con casi la misma plantilla, sacando rendimiento y el poco fútbol que tenían algunos, buenos músicos que solo necesitaban afinar sus instrumentos. Sus partituras, aquella donde lee los partidos, son notas musicales que transformadas en resultados, devuelven al plantel la ilusión perdida y la música celestial al graderío. 

Será esa filosofía suya de trabajo en equipo, la que posibilita que las bajas no se noten, que no hayan ni titulares ni suplentes, donde todos interpretan armónicamente lo que ordena el director de orquesta, aunque no confirme quienes serán los que saldrán a tocar la melodía. Reúne en su orquesta a la veteranía y a la juventud, por ello infunde respeto y a la vez, confianza. Pellegrini es un excelente director de orquesta que sabe posicionar a sus músicos sacando lo mejor de ellos; Fekir, Miranda, Rodri o Juanmi, quien tanto desafinaba, Láinez, cuya ausencia y ahora presencia, es casi imprescindible; Paul, la alternativa a Guido, la sustitución de Bravo por Joel, quien cada partido ofrece un mejor sonido, Sidnei por Víctor Ruíz o la resurrección de Borja Iglesias con la niebla de sus goles. La orquesta bética sonaba bien, solo necesitaban un buen director que les dirigiese, con bagaje, trayectoria, experiencia y sabiduría que tras un trabajo de meses de acordes y desconciertos ahora, dan sus frutos. A Pellegrini le regalaron por Navidad la batuta definitiva y desde entonces, todo ha sido ilusionantemente distinto, recortando distancias con los rivales directos en Liga para ir a tocar por Europa, e incluso la eliminación copera que supo a gesta y no a toalla tirada, como una sinfonía épica, así quiero yo que suene mi Betis. 

El maestro Pellegrini le ha dado la vuelta al equipo, sabe tapar los huecos pese a la enorme carencia defensiva que aún seguimos padeciendo y comienza a ganar en otras cosas, como la presión tras la pérdida y una agresividad que echábamos en falta. 

Un equipo que estaba en la UVI y que ha tenido en su Don Manuel, Pellegrini, la salvación que verdaderamente necesitaba, alguien que al dirigirlo le escuchase latir, que oyese el sonido de las trece barras, el silencio de su pasión, que lo mirase a través de los ojos de sus béticos y entendiese que en su irracionalidad está su grandeza. Solo un director de orquesta como él, ha sido capaz de levantar a ese Betis de los béticos sin Betis y devolvérnoslo con trabajo, esfuerzo y humildad, que es la sinfonía de nuestro Manquepierda.

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