Pablo Caballero Payán @pablocpayan Con toda la prudencia del mundo y teniendo en cuenta aspectos que no podemos pasar por alto, como por ejemplo la entidad del rival y que es un partido de pretemporada, del encuentro de ayer frente a la UD Almería se pueden destacar varios detalles y sacar algunas conclusiones interesantes. Vamos a ello.

Para empezar hay que destacar que por segundo partido consecutivo la portería se mantuvo a cero y que, salvo un error de Mandi en la salida del balón, la defensa no asume riesgos innecesarios. El entramado defensivo se fundamenta también en la ayuda que ofrece el doble pivote a la zaga, juntando las líneas y siendo muy solidarios en el repliegue. En estos dos partidos frente al Cádiz CF y al conjunto almeriense, el Real Betis apenas ha concedido ocasiones de gol.

Otro de los detalles que llama la atención del equipo de Pellegrini es la intensa presión que se realiza tras perder el balón. Este aspecto es fundamental para que el rival no disponga de espacios y comodidad para montar jugadas de contragolpes cuando los verdiblanco pierden la posesión del esférico. Se ha visto muy claro en los dos encuentros, sobre todo en el de ayer, que esa presión tras pérdida es uno de los fundamentos imprescindibles que el entrenador chileno quiere implantar en su escuadra.

En cuanto al ataque va quedando claro que, mayoritariamente, las bandas son para los laterales. Es cierto que los tres mediapuntas se dejan caer a uno y otro costado para apoyar la subida de los carrileros, pero se tiende más a buscar superioridad por las zonas interiores del ataque. Un aspecto que hay que destacar en lo negativo es la falta de puntería mostrada en estos dos partidos, en los que se han desaprovechado muchas ocasiones claras de gol. Ayer Canales erró en un mano a mano que se fue a la cepa del poste y Borja Iglesias falló las tres oportunidades que tuvo para batir al meta rival. El delantero gallego trabaja a destajo, se deja caer bien, combina con criterio, pero de cara a gol está negado hasta el momento.

Las jugadas a balón parado parece que van a tener mucha importancia esta temporada. Ya en la anterior, el Real Betis fue de los equipos que más partido le sacó a las jugadas de estrategia y, en estos dos choque veraniegos, ha seguido la buena racha en este tipo de acciones, logrando de este modo dos de los tres goles anotados: el de Juanmi frente al Cádiz CF tras una falta lateral y el buen cabezazo de Marc Bartra frente a la UD Almería tras el saque de un córner. Si se consigue ser eficaz en las jugadas a balón parado, esto supondrá un buen puñado de puntos a lo largo del campeonato.

También hay que destacar tres detalles individuales. Primero el debut de Claudio Bravo, que no tuvo trabajo pero que mostró un buen manejo de los pies, tan fundamental en los porteros actuales. Segundo la buena planta y el buen criterio que demuestra Paul Akouokou en los minutos que le da Pellegrini. Y tercero, las ganas, la implicación y el magnífico rendimiento de Aitor Ruibal. El canterano marcó el 2-0 con un extraordinario zurdazo de rosca que se coló por la escuadra, dejó a Borja Iglesias solo ante el portero con un magnífico pase al hueco y en cada acción se entregó al máximo. Se está ganando a pulso una oportunidad en la primera plantilla bética.

Y para terminar hay que hablar sobre la equipación morada que ayer estrenó el Real Betis. Para mi gusto, la camiseta es fea, no hay por dónde cogerla. Ahora bien, intentar hacer de este tema un asunto grave, una crítica severa y desproporcionada y perder los papeles, es no saber estar a la altura de las circunstancias. Para hacer eso ya están los energúmenos de siempre, los que se encargan de dañar las instalaciones de la tienda oficial del Villamarín y a los que su falta de inteligencia les hace ver un enfoque político en el color morado de la zamarra bética.

Foto Principal: Real Betis Balompié