Real Valladolid 2 (Guardiola y Óscar Plano) – Real Betis Balompié 0

Pablo Caballero Payán @pablocpayan El Betis cerró ayer en Valladolid una temporada mediocre, lamentable y tristísima con una nueva derrota, la decimoséptima en una Liga en la que ha sumado cuarenta y un puntos y ha terminado en la decimoquinta posición siendo el segundo equipo más goleado de categoría. Infames estadísticas para un equipo horrible.

El partido fue el fiel reflejo de toda la temporada. El equipo verdiblanco llevaba el peso del partido, acumulando más posesión que el rival, pero sin crear jugadas de peligro, cosa que sí recibía en cuanto el equipo vallisoletano robaba y se aproximaba al área bética. El Betis ha sido a lo largo de esta campaña un continuo quiero y no puedo, un auténtico disparate defensivo y un equipo muy previsible en ataque. En definitiva, un conjunto poco trabajado, sin criterio defensivo y ofensivo, con muy poco rigor táctico y especialista en acumular fallos infantiles que casi siempre han terminado en un gol rival. Y así fue ayer. Joaquín, Fekir y Tello hicieron el lila en un saque de esquina con todo el equipo metido en el área del Valladolid. No colgaron el balón al área y cuando el esférico llegó a Aleñá en el borde del área, el canterano culé la perdió de manera absurda originando un contragolpe de manual para que subiera al marcador el 1-0 en los minutos finales de la primera parte.

La segunda mitad siguió por los mismos derroteros: el Betis dominando de manera estéril y el Valladolid esperando a que la candidez y la inocencia defensiva de los béticos hicieran el resto. Y, por supuesto, se cumplió ese pronóstico. Óscar Plano se aprovecho de la falta de intensidad y contundencia defensiva de Bartra (quién te ha visto y quién te ve) para revolverse dentro del área y lograr el definitivo 2-0 con el que terminó el último encuentro de una temporada para olvidar, en la que la tónica general han sido las decepciones, las desilusiones, los fracasos, los ridículos y la infamia más absoluta de una plantilla que debió dar mucho más de si, pero que ni con Rubi ni Alexis ha rendido al nivel que se esperaba de ella.

Ángel Haro y José Miguel López Catalán han fracasado estrepitosamente. La carta de Manuel Pellegrini es la última que pueden jugarse en esta partida. El órdago está echado y veremos si le sirve para seguir teniendo en su poder la barajar de naipes del Real Betis. La desafección con la que cuentan ahora mismo entre la afición bética es palpable y amplia, pero esto sigue siendo fútbol y los resultados positivos son el mejor quitamanchas que existe. Lo que hoy es negro, mañana es blanco, y las justificadas críticas y los inaceptables insultos y amenazas se convertirán en elogios a poco que se logren resultados acordes a la inversión realizada y al nivel de la plantilla. En los próximos días empezará el baile de nombres, con fichajes y salidas. A ver qué nos depara esa danza con los nuevos coreógrafos encargados de montarla.

Lo mejor: que se acabó la temporada.

Lo peor: la temporada al completo, de cabo a rabo.

Así jugaron:

Dani Martín: vendido en los dos goles. Nada que reprocharle.

Barragán: sus centros, imprecisos muchos, jamás encontraron un rematador.

Bartra: partido para olvidar en una temporada lamentable del catalán.

Sidnei: se vio superado en todo momento por los atacantes rivales.

Emerson: menos ofensivo que de costumbre al jugar a pierna cambiada.

Aleñá: de las cesiones más absurdas que ha tenido el Betis.

Canales: le puso empeño y voluntad, pero sin nadie que le siguiera con acierto.

Joaquín: al menos intentó desbordar por su banda

Tello: otra mentira más de partido del extremo.

Fekir: su rendimiento tras el confinamiento ha sido decepcionante.

Loren: nada de nada.

Cambios:

Borja Iglesias: su campaña ha sido un desastre absoluto.

Lainez: tiene velocidad y lo intenta siempre, pero con poco acierto.

Javi García: minutos para despedirse.

Foto Principal: andaluciainformacion.es