JJ Barquín @barquin_julio Tenemos mucho camino por delante. Incluso diría que no hemos avanzado casi nada. Una generación perdida. Lo dicen los datos de violencia y acoso entre jóvenes. Si a esto añadimos los que se quedaron en esa España del ordeno y mando, tenemos una sociedad peligrosamente intransigente. Todo muy triste y desolador, después de tantas y tantas campañas de información y planes de formación. No hemos aprendido nada. En nuestro día a día, sobran palabras como xenofobia, acoso, odio, egoísmo, intolerancia, rencor, intransigencia, inquina o repulsión. Y falta mucho amor, comprensión, respeto, bondad, solidaridad, cariño, tolerancia y empatía hacia el otro.

Por eso, un incidente de ayer en las redes –donde más xenofobia y odio enmascarado existe- puso en la picota a Borja Iglesias. Una imagen de sus uñas pintadas de negro para solidarizarse con el incidente acaecido en Estados Unidos, hizo saltar a muchos de los fanáticos que existen en este mundo. Supongo que habrá bastantes aficionados verdiblancos pero poco importa. Lo verdaderamente importante es que una simple y hermosa acción, es contestada por el odio y la ira de los que no respetan a los demás. El propio Borja Iglesias, tirando de valentía y acierto, ha contestado dejando claro su opinión sobre el racismo y la homofobia.

No tengo el placer de conocer al bueno de Borja Iglesias. Y digo bueno porque me transmite muchas cosas el de Santiago de Compostela. Creo que en ese cuerpo grandullón se esconde un buen tipo, sencillo, cercano y que disfruta de unos valores que son la esperanza de esta sociedad. Gracias por pintar la vida del color que sea Borja. Necesitamos muchos más Borjas en este mundo. Y quien escribe se siente orgulloso de su forma de proceder y que además lo haga con los colores del Real Betis. Yo quiero más Borja Iglesias en mi equipo.

Foto: Ok Diario