JJ Barquín @barquin_julio La comparecencia de Alexis Trujillo resultó ser tan anodina como previsible. Tanto como lo es el equipo sobre el césped. Lo que no era predecible es la pasividad de Haro y Catalán en la gestión de esta crisis, aspecto que tiene a muchos béticos perplejos. Una cosa es apoyar al cuerpo técnico y otra bien distinta no tomar decisiones, dejar pasar el tiempo, porque el Mallorca está a ocho puntos.

Alexis, ante la extraña y llamativa inanición mediática de Haro y Catalán, ha vuelto a trasladar el mismo cuento de siempre. Que si todos tenemos un gran disgusto; que si estamos muy disgustados; que si contamos con una plantilla equilibrada; que si se debiera estar más arriba; que si hemos traído jugadores interesantes; que si Borja Iglesias es pura bondad, etc, etc y etc. Palabrería barata, vacía de contenido, con el fin de rellenar minutos de entrevista sin decir nada. Y lo que es peor sin un atisbo de autocrítica, de juicio severo ante las decisiones tomadas desde este verano hasta nuestros días.

En una temporada de buenas incorporaciones, salvando la arriesgada decisión de la portería, con el mayor presupuesto de la historia, jugando un partido por semana y en una Liga con una bajada de calidad generalizada, el fracaso es estrepitoso. Inmoral y obsceno, diría yo. Y lo peor no es vivir un nuevo capítulo de abatimiento y desencanto con este club, que de eso ya sabemos mucho los que peinamos canas. Lo verdaderamente triste es ver cómo se esfuman las esperanzas puestas en dos jóvenes béticos, con una excelente trayectoria empresarial. Lo penoso es contemplar cómo se cae ese proyecto de Ahora Betis Ahora, por agotamiento futbolístico. Se ha avanzado en el crecimiento y en las estructuras del club, pero en lo primordial seguimos siendo un puñetero y absoluto desastre.

El futuro tiene mala pinta porque el bético está abatido, diría que deprimido. Sigo pensando que tienen una única solución: reconocer los errores, dejar lo deportivo en manos de un profesional con amplia experiencia (nunca Serra), fichar un entrenador con carisma y traer hombres y no nombres. Y una cosa que se me olvidaba: no poner más cláusulas donde para echar a un entrenador haya que esperar a estar con la soga al cuello.