Pablo Caballero Payán @pablocpayan El pasado sábado tuvo lugar en la Peña Bética Danigol del barrio del Tardón la presentación del libro Las negras de la Inmaculada, de Jesús Cosano. También se expuso una serie de cuadros que, como bien dice el autor, “contienen palabras, líneas, puntos, colores y símbolos africanos junto a toscas caricaturas de algunos de los futbolistas del Betis”, entre los que aparecen Finidi, Emaná o Benjamín.

Las negras de la Inmaculada es el segundo libro de la colección Los Invisibles (el primero fue Hechos y cosas de los negros de Sevilla), que pretende contar y divulgar la historia silenciada de los negros en nuestra ciudad, en Andalucía y en España. Ampliamente documentado, los relatos que nos presenta el autor están cargados de fundamentación histórica y veraz, acompañado de su mijita de ficción. Jesús Cosano nos cuenta cómo vivía la población negra desde antes del descubrimiento de América, nos presenta con nombres y apellidos a los más célebres traficantes de esclavos y nos abre de par en par los ojos a la tolerancia, el respeto y la igualdad.

Tristemente, en el mundo del fútbol las muestras de racismo se siguen produciendo y en las últimas semanas hemos visto casos lamentables en Italia y Ucrania. En nuestro estadio también se han escuchado algunas veces (afortunadamente no muchas) insultos racistas, incluso a jugadores del Betis. Nosa Igiebor los sufrió minutos antes de lograr el gol del empate frente al Sevilla en 2013. El nigeriano se fue hacia ese sector de la grada con los dedos corazones en alto y gritando claramente fuck you, fuck you, dedicándoles la celebración a los racistas que le insultaron.

Se dice con acierto que el fútbol es el reflejo de la sociedad y hay que seguir luchando para que las dos cosas sean mucho mejores. No se pueden permitir actos xenófobos, intolerantes y que atenten contra la igualdad. Que en 2019 todavía haya gente que menosprecie a otras personas por el color de su piel, por su orientación sexual, por su género o por sus creencias religiosas es deplorable. Y el fútbol, que es un medio de difusión de mensajes espectacular por su dimensión y por la cantidad de gente que moviliza, debería ser más contundente a la hora de denunciar y rechazar comportamientos contrarios a la decencia de todos.

Volviendo a los protagonistas de los cuadros de la exposición, yo destacaría a dos por encima de todos: Finidi y Emaná. El primero brilló durante cuatro temporadas en las que fue un pieza fundamental del conjunto bético. Elegante, veloz y con un buen número de goles, en el recuerdo de todos quedan sus celebraciones con el sombrero lanzado desde la grada de Gol Norte. Achille Emaná tuvo dos primeras temporadas complicadas, pero en su última campaña fue fundamental para el ascenso de categoría, formando un tridente atacante letal junto Jorge Molina y Rubén Castro. También habría que incluir a esta lista al mulato Ricardo Oliveira, quizá el delantero más completo que he visto vestido con la camiseta del Real Betis. Otro que dejó un buen recuerdo pese a estar solo media campaña fue el colombiano Dorlan Pabón.

Para terminar, es justo agradecer a Jesús Cosano su dedicación e implicación en temas tan importantes y necesarios como los comentados. Trabajar en post de la cultura, la humanidad y la igualdad y en contra de la xenofobia y el racismo, dándole su espacio y la voz a personas que sufrieron la esclavitud, el desprecio de muchos y el silencio de sus derechos es digno de admirar. Afortunadamente, este segundo capítulo de Los Invisibles no será el último. Atentos quedamos a la publicación del próximo episodio.