Armando Rendón @armandoren Hace un año llegó a estas tierras sureñas un chaval mejicano precedido del aura de “futura estrella”. Empezaba a despuntar con los escalafones inferiores de la selección azteca y todo apuntaba a que iba a ser la gran apuesta del fútbol de México para los próximos años. Bajito, tren inferior potente, velocidad, descaro, personalidad…..la cuestión es que muchos aspectos eran y son muy ilusionantes. Además, el Betis con Serra en la negociación, le gana la partida a todo un Ajax, que en esto de apuestas por jóvenes sabe más que nadie (si no que se lo pregunten a cualquiera que se enfrentase a él esta pasada edición de la Champions o que revise la historia de jóvenes valores que han salido de la cantera holandesa). Y aterrizó el chaval, con más euforia y seguimiento real allá en su país que en nuestra ciudad.

Una primera temporada cargada de chispazos, apariciones irregulares y escaso, o nulo, protagonismo en el rendimiento del equipo, hicieron que muchas esperanzas y expectativas se diluyesen entre el respetable, convirtiendo el famoso “Metan a Lainez” en una frase casi de sorna. La desaparición del chaval de los focos mediáticos, de minutos en el campo, hacían prever que este año tocaba una cesión para que se forjase en otro equipo de menor categoría donde sí pudiese tener continuidad y protagonismo. Pero se cerró el mercado veraniego y Lainez sigue siendo parte de la plantilla, de los profesionales con los que Rubi va a contar en este reto tan ilusionante que se llama Betis.

Lainez hizo unas declaraciones hace unos días poniendo de manifiesto su intención de seguir peleando por minutos y protagonismo con paciencia y confianza, algo de lo que parecen adolecer en estos momentos muchos de los aficionados que cantan aquello de “vamos Betis vamos, que el gol ya va a llegar”. No tengo criterio para saber si el chaval despuntará y llegará a alcanzar ese listón, tan alto, que se le ha puesto tras su incorporación, lo que sí tengo claro es que tiene muy buena cabeza, valores y confianza en sí mismo. Otra cosa de la que debemos sentir orgullo en el Betis es que en ese vestuario ahora sí hay referentes, hay sangre bética, profesionales que con su madurez, profesionalidad y beticismo hacen de tutores a estos chavales que, como Junior, Fabián, Ceballos, Loren, etc. están subiendo a la primera plantilla o viniendo de otros equipos y que están contando en su adaptación y desarrollo con la ayuda inestimable de los Joaquín, Guardado, Bartra, etc. Esto también es hacer crecer al Betis. Esperemos que Lainez desarrolle todo el potencial que tiene en sus botas, sin duda tiene una magnífica oportunidad en este Betis que facilita que lo haga con paciencia, constancia, implicación, profesionalidad y con nuestro valores, esos que hacen que los que profesamos la religión del “manquepierda” sigamos nuestros colores “a nuestra manera” o como dice el bueno de Jon Pascua (yo le daría un cargo vitalicio en nuestra entidad), “queremos al Betis por egoísmo, porque queriéndolo nos hace sentir bien”.