Armando Rendón @armandoren El fútbol es ese deporte del que todo el mundo opina como si fuese Messi, aunque en su vida le haya pegado una patada bien dada a un esférico ni en el patio del colegio. El fútbol es ese entretenimiento en el que muchos liberan esos instintos más animalistas que, como bien leemos en “Sapiens”, cada uno lleva ahí adentro. El fútbol permite meterte en esa masa llamada “aficionados” y tener la libertad que lo común proporciona de proclamar verdades absolutas sin tener la más remota idea de que va la cosa. ¿Se imaginan a la peña diciéndole al Médico o al Juez lo que debe hacer? Pues si a todo esto le añaden una pasión llamada Betis, apaga y vámonos.

Además de todos estos ingredientes, hay otra salsa que sazona toda la actualidad en verdiblanco y son, somos los medios de comunicación. En ellos, no solo se habla de la actividad futbolística e institucional de forma objetiva, siguiendo los parámetros que marca la profesión, sino que se lanzan muchos de los que dan la información a valoraciones y opiniones casi mayestáticas, que están por encima del bien y del mal. Con el Betis, especialmente por algunas cadenas radiofónicas, últimamente el “safari” es constante, tanto por los empleados especialistas como por esos “contertulios” que como algo parecido a un proceso de selección han pasado por una entrevista en la barra de una taberna y unas nulas pruebas técnicas de conocimientos.

Cada uno puede tener su opinión, faltaría más, para decir lo que piensa sobre Rubi, Joaquín, Haro o lo que estime conveniente. Qué supuestos “profesionales” y “expertos” se lancen al furibundo ataque de una institución y de su afición, es otra película (y no precisamente buena como las de Tarantino). Llevamos un tiempo soportando que Lo Celso no vale, que Fekir es un cojo porque como va a venir si no al Betis, que Bartra ha venido a retirarse al Betis, o que la Secretaría Técnica (con un super equipo de profesionales dentro de ella) no tiene ni idea (ellos sí, claro está), y ya cansa a extremos casi insoportables. Hace unos años, un Presidente de nuestro club me contaba que un “pseudo Periodista” lo amenazaba con criticar todo lo que hiciese en el Club, si no lo fichaba para la Secretaría Técnica (como si fuese el mismísimo Guardiola). Y lo último que me cuentan que vienen diciendo es que “nos hemos alegrado por ganar, que estamos eufóricos”, vamos lo máximo. No es euforia, es simplemente alegría bética, es la felicidad que te produce abrazar a tu hija, tu padre, tu hermano o tu sobrino cuando acaba el partido y sales con una sonrisa de oreja a oreja, que muchos de ellos no entienden salvo que se produzca en Nervión.

El Bético es exigente, pero coherente a la vez. Sabe sufrir y dar aliento cuando las circunstancias lo requieren y “pitar” a un entrenador que ha bailado al Milán, al Barcelona, al Sevilla y al Madrid ¿o eso no es exigencia señores? Y como somos exigentes, este que les escribe, ha echado de menos en este final del mercado de fichajes esa ambición casi leonina del “bueno” de Serra Ferrer, que no se conformaba con nada y que en estos momentos hubiese sido, sin duda, un muy buen aliado para redondear un buen trabajo (aunque no olvidemos que Lorenzo también dejó algunas posiciones sin reforzar en sus anteriores etapas). Creo que se ha trabajado bien, dentro de nuestros recursos y límites (especialmente provocados por no jugar competición europea), y como dicen los expertos, los resultados los veremos en Mayo, y entonces será cuando podremos opinar y enjuiciar el trabajo hecho. Mientras, “ladran, luego Cabalgamos”.