JJ Barquín @barquin_julio Mucho se viene hablando en las últimas horas del mediocentro que busca el Betis. Aparecen nombres y muchos aficionados comienzan a lanzar sus opiniones y veredictos sobre los elegidos. Y en este “piojito” improvisado que se monta cada día de verano, cavilo sobre un aspecto que me provoca incredulidad. La reflexión me surge después de leer muchos comentarios sobre uno de los futbolistas observados: Comesaña. No es mediático, no tiene un gran nombre, no proviene de un equipazo, no sirve. Sencilla y llanamente, no vale para “este” Betis.

¿Y me pregunto? ¿Qué Betis? ¿Qué somos? ¿Qué hemos conseguido? Por eso, me intranquiliza ese pensamiento o concepto de grandeza que comienza a acuñar cierta parte de esta afición. Nos estamos convirtiendo sin darnos cuenta en nuevos ricos. Hemos entrado en esa fase grosera y estúpida donde no se aprecian otros valores que no sean el dinero, la fama, el alto precio de los jugadores. En una palabra, los fichajazos. Muchos béticos andan instalados en ese mundo “irreal” donde nada más que valen las estrellas, creyendo que somos el nuevo Barsa o Madrid del sur de Andalucía.

Personalmente creo que es un error mayúsculo. Y en los dos primeros encuentros de liga lo hemos podido sufrir en nuestras carnes. De nada sirve la calidad sino no hay equipo. Todo debe construirse sobre la base de la unión y la fuerza del conjunto. Hombre por hombre, el Valladolid era muy inferior al Betis, pero funcionó como un equipo engrasado, ensayado, trabajado. Esa fue la diferencia, a parte de la expulsión.

Soy de los que cree fervientemente en el bloque. Supongo que, por mi pasión por el ciclismo, no concibo un deporte de conjunto sin que prime el equipo. El conjunto por encima de las individualidades. Es ahí donde radican los éxitos y la fuerza de cualquier equipo humano. Por supuesto que hacen falta jugones, pero, sobre todo, jugadores que se sacrifiquen en pro del conjunto. De qué sirven las estrellas si después cada uno mira para otro lado. Calidad, pero rodeada de compromiso, entrega, responsabilidad y garra como muestra de respeto hacía el compañero.

Muchos olvidan que este club ganó algo cuando más humildad y estrecheces tuvo en su historia. Piensen por un momento y recapaciten. Tenemos lo que tenemos en las vitrinas gracias a equipos compuestos por jugadores de calidad, pero también llenos de Comesañas. Los éxitos del Betis llegaron gracias a contar con jugadores como Cardeñosa, López, Benítez, Joaquín, Alfonso, Oliveira o Edu. Pero, en esos equipos, también jugaron Alabanda, Biosca, Ortega, Merino, Josete o Cañas. No lo olviden.

Foto: BetisWeb